La Virgen de Costana sonríe

I.P. / Barbadillo
-

Las aportaciones de la Asociación de Moz@s, la parroquia, el Ayuntamiento y particulares durante los últimos 6 años han permitido restaurar el retablo de la ermita, el vía crucis, las lámparas de cristal y plata y el manto de la patrona

Tras la restauración, el retablo luce su esplendor, como las sillas del altar y el cuadro de la Inmaculada (i). - Foto: I.Hernández

Cuatro siglos de historia resisten las piedras de la ermita de Nuestra Señora de Costana, en Barbadillo de Herreros. Pero este inmueble religioso no hubiera soportado el paso de tantos años sin la intervención de los vecinos, la parroquial y el Ayuntamiento que han ido realizando obra de consolidación para que el santuario siga presidiendo el hermoso prado en el que se enclava. Las últimas intervenciones se han realizado en el periodo 2008 y 2013, con la restauración completa del retablo así como la de tres sillas del altar, el vía crucis, la limpieza de las tres lámparas de cristal -que han pulido una familia de la localidad-,  la  lámpara de plata y la restauración del cuadro de la Inmaculada.

El retablo, de madera policromada de tipo camarín, está datado en el siglo XVIII y se atribuye a Andrés Ballado, mientras que la imaginería es de Pedro Salona, de estilo rococó y alta calidad artística, y cuenta con una profuso ornamentación a base de rocallas, cuatro columnas estriadas y cresterías de remante, según explica Iván Hernández, ex-concejal del Ayuntamiento y uno de los muchos vecinos colaboradores, que añade que el retablo esta flanqueado por dos ángeles custodios sobre peanas, realizadas en la fábrica de madera del pueblo.

      Igualmente, se ha restauración del manto de oro y traje de finales del siglo XIX con los que la Virgen de Costana se engalana el 8 de septiembre, en el que se festeja su festividad. En este caso, la restauración se ha llevado a cabo gracias a la aportación económica de los jóvenes de Barbadillo, a través de la Asociación de Moz@s de la localidad, así como de la parroquia de Santa Isabel. Todas estas actuaciones en el tiempo han culminado con  la instalación de una nueva puerta que da entrada al santuario realizada en olmo y roble. La herrajería  ha sido recuperada en su totalidad de la puerta antigua, haciendo un total de 77 clavos y bocallave, y la fundación y labrado los han hecho los propios vecinos en un horno de función que aún se mantiene.

La restauración lo largo de estos años ha supuesto un coste en torno a los 60.000 euros, y ha sido posible por la colaboración y donativos de los vecinos. Para ello, se volvió a acuñar la medalla de la Virgen que se puso a la venta, así como calendarios con fotos de la ermita, llaveros y tazas. También se ha contado con una ayuda de la Fundación Gutiérrez Manrique.