Hallados en Zamora los cadáveres de la mujer y la hija desaparecidas en Madrid a finales de junio

OTR Press / Madrid
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Una falsa visita a sus padres en el municipio zamorano de San Vicente de la Cabeza fue la mentira que delató al presunto asesino, pareja sentimental de la madre los últimos tres años

Un vecino del municipio de San Vicente de la Cabeza (Zamora) muestra el pozo de una finca donde han aparecido los restos humanos. - Foto: Mariam A. Montesinos (EFE)

La Policía Nacional encontró finalmente ayer los cadáveres de una mujer de 32 años y de su hija de 9 años desaparecidas en verano en un pozo del municipio de San Vicente de la Cabeza (Zamora), según fuentes de la investigación.

Los agentes hallaron los cuerpos sin vida de los dos mujeres, dominicanas y que vivían en el madrileño barrio de Vallecas. La desaparición, denunciada por la abuela de la pequeña, tuvo lugar el 30 de junio. La hija tenía pensado tomar un vuelo a su país pero no llegaron ni a coger sus maletas de casa.
Después de dos meses de búsqueda e investigación policial, la pareja de la mujer fue detenido y confesó a la Policía que las mató y las enterró. No obstante, el detenido trató de engañar a la Policía durante la investigación, pero los agentes detectaron contradicciones en su discurso lo que permitió dar con los restos de las víctimas.

El arrestado, Raúl Álvarez, prestó declaración en dos ocasiones ante los agentes de la Policía Nacional. Según informaron fuentes conocedoras del caso, por medio de instrumentos tecnológicos los investigadores detectaron la pista del detenido y las dos víctimas el 30 de junio a la altura de Ávila, de camino al norte. A partir de ahí se perdió el rastro.

Durante el interrogatorio, los agentes le preguntaron hacía dónde iba aquel día y Raúl Álvarez afirmó que iba a visitar a sus padres a la casa que tienen en el pequeño pueblo zamorano de San Vicente de la Cabeza, municipio cercano a la frontera con Portugal que no llega a 500 habitantes.

No obstante, a la Policía no le convencieron las explicaciones del que entonces tan sólo era la pareja de la mujer dominicana, Adolfina Puello de 32 años, madre de Argelys Leonela Sánchez, de 9 años, ambas desaparecidas. Los investigadores comprobaron que los padres del asesino que deberían haber recibido la visita de su hijo estaban en Madrid.

Esta y otras contradicciones permitieron seguir avanzando en la investigación hasta que Raúl Álvarez fue detenido y terminó confesando el crimen, pero continuaron las mentiras a la hora de explicar dónde se encontraba su expareja y su hija.

«Trató de engañar a los agentes como en el caso de Marta del Castillo», relata un mando policial. Y es que el detenido aseguró que había enterrado los cuerpos en la Dehesa de la Villa (Madrid).

La Policía buscó sin éxito en esa zona, pero no encontraron nada. Para entonces los agentes ya habían activado una segunda línea de investigación que les llevaba a Zamora, lugar donde el arrestado dijo que estuvo el 30 de junio. Finalmente ha sido en San Vicente de la Cabeza donde han encontrado los restos mortales de las dos víctimas en el interior de un pozo.

El asesino llegó incluso a hacer gestiones para tratar de alquilar un trastero y se quedó con el teléfono móvil de la fallecida. Los especialistas de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta tratan ahora de esclarecer el momento exacto en el que se produjo el asesinato y cuáles fueron las razones que le llevaron a ello.