Un linaje muy unido al arte

OTR PRESS
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La Casa de Alba posee un vasto patrimonio atesorado durante siglos, fruto del compromiso que han tenido los miembros de esta familia con la pintura, entre otras muchas disciplinas

Un linaje muy unido al arte

El legado artístico de la Casa de Alba se encuentra entre las «grandes colecciones» de las aristocracias europeas, a la altura de colecciones como la de la reina de Inglaterra, según manifestaba ayer el que fuera director del Museo del Prado entre 1996 y 2002, Fernando Checa, con motivo del fallecimiento de Cayetana de Alba. Según indicó, la mayor parte de las colecciones de la nobleza del Viejo Continente o bien se han dispersado o han pasado a formar parte de otros museos, un cambio que tuvo lugar especialmente en el XIX.

 El historiador, comisario de la primera muestra en Estados Unidos del legado de este linaje, que se inaugurará en el Meadows Museum de Dallas en 2015, determinó que los motivos por los que los Alba lograron mantener gran parte de sus piezas de arte y mobiliario obedecen a una cuestión de «suerte», por un lado, pero también a su voluntad de querer preservar unida la colección, con una temprana «conciencia patrimonial» en el pasado siglo XIX con la que se evitó la venta de sus grandes piezas.

Checa indicó que los peores momentos para la casa fueron los del siglo XIX, cuando empezó la «decadencia de la influencia social, política y económica de la nobleza». A pesar de las «muchas dificultades» pudo mantenerse y, de hecho, algunas «piezas fundamentales de pintura no se vendieron».

Unas décadas antes, sus riquezas también pudieron quedar reducidas a la mínima expresión cuando, en el siglo XVIII se vio amenazado por la muerte sin descendencia de la XII duquesa, Cayetana de Silva, conocida por ser la modelo de los cuadros de Francisco de Goya, y tras ser expropiado gran parte de la colección artística, pertenecientes a la familia, por el entonces ministro Godoy.

Cuando la herencia de la Casa de Alba recayó en el duque Carlos María Fitz-James Stuart, éste se encontró con apenas 30 cuadros de la colección, por lo que se propuso recuperar gran parte de ellas y devolver así el esplendor que había caracterizado a su linaje. Pero no todo se preserva en ese momento ya que, debido al contexto bélico civil en España, la Casa de Alba se ve obligada a guardar parte de sus más valiosas obras en los sótanos del Banco de España y el Museo del Prado, perdiendo otras de valor incalculable a día de hoy. Aún así, la fallecida Duquesa de Alba se ha empleado durante toda su vida para recuperar gran parte del patrimonio artístico y devolver a la Casa el prestigio y distinción que le ha caracterizado.

La abuela de Cayetana tuvo un «interés enorme» en el «estudio de la colección, en la catalogación y la investigación de los archivos, y la conciencia patrimonial no frecuente en aquellos momentos».

El padre de la fallecida noble fue, asimismo, un «gran coleccionista» que compró piezas «muy importantes» y fundó el Patronato del Museo del Prado, un espíritu que inspiró a su hija, puesto que adquirió piezas importantes de pintura inglesa, impresionista y española del siglo XIX.

Es, por tanto, una familia «plenamente consciente» no solo del «valor histórico y artístico» de las colecciones, sino también de la «obligación moral» que supone la conservación de éstas, así como del conjunto de su legado, que también incluye palacios, jardines y una importante biblioteca con ejemplares únicos.

Checa, que fue Premio Nacional de Historia en 1993, destacó también que ahora que ha fallecido doña Cayetana es el «momento de comenzar el estudio tanto del padre como de ella como coleccionistas», un tema que quizá no es el más «conocido» de ella, pero sí «importante».