No cubrir las plazas vacantes le ahorra al Ayuntamiento 28 millones en 5 años

Á.M / Burgos
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Sillas vacías. Las bajas que se van produciendo no son sustituidas por nuevos trabajadores, repartiendo entre el resto de empleados las labores que hacían quienes ya no están en nómina

No cubrir las plazas vacantes le ahorra al Ayuntamiento 28 millones en 5 años - Foto: Ángel Ayala

La crisis económica trajo al debate político en los municipios un nuevo vocabulario del que poco se sabía cuando había barra libre. En realidad, algunos términos ya existían, pero quedaban relegados al consumo interno. Por contra, hoy es frecuente escuchar debates  en los que los términos ‘remanente de tesorería’ o ‘plan de ajuste’ son metal de curso legal.

Ambos vienen a cuento para analizar la evolución del gasto en materia de personal que reflejan las finanzas del Ayuntamiento de Burgos. Saber, en definitiva, cómo está controlándose ese gasto como una medida más de contención para cuadrar las cuentas. Si preguntan al Ejecutivo, escucharán que se está haciendo un esfuerzo en materia de gestión de personal sin precedentes. Un éxito. Si acuden a los trabajadores, oirán lindezas variadas sobre su condición de paganos.

Lo cierto es que, efectivamente, el Ayuntamiento está ahorrando mucho dinero a la ciudad a cuenta de no cubrir la totalidad de los puestos de trabajo que figuran en la famosa RPT, la relación que estipula cuántos puestos deben existir y dónde. En concreto, en los últimos cinco años cerrados (de 2009 a 2013), ese ahorro ha ascendido a 28,2 millones de euros. ¿Que cómo se hace esto? Ahí va.

Hacienda está obligada a presupuestar el coste de todas y cada una de esas plazas. Da igual si están o no cubiertas; el dinero lo debe consignar y reservar durante todo el año y no se puede dedicar a otros fines que no sean el de pagar a los empleados... Hasta que acaba el año. Una vez terminado el ejercicio, todo lo que no se ha gastado pasa al remanente de tesorería. Es un nutriente fundamental del superávit, si es que lo hay.

 Conviene saber que en el caso de Burgos, al ser un ayuntamiento endeudado, el dinero del remanente no se puede destinar a otros fines que no sean los de pagar deudas. No puede usarse para, por ejemplo, construir un pabellón. Sí para pagar a proveedores (primero) o amortizar deuda financiera (después). Pero estábamos con el personal.

Lo que se ha venido acentuando es la no cobertura de las plazas que han ido quedando vacantes, bien sea por jubilación, fallecimiento o desistimiento (por otro trabajo) del empleado público. Contra más vacantes, más ahorro. Contra más ahorro, más remanente. Contra más remanente, más superávit. Y así es cómo, poco a poco, se va tapando el roto y controlando la deuda que había en la economía de la ciudad.

Acumulado

Según la liquidación firmada de los cinco años anteriores, en 2009 se ahorraron así 3,3 millones; en 2010 fueron 5,9; en 2011 otros 4,8; 7,3 más en 2012 y 6,9 en 2013. En total, 28,2 millones de euros que no se ha gastado en personal en el último lustro.

Como ejemplo, sirva saber que el año pasado hubo hasta 137 plazas sin cubrir en la plantilla municipal. 86 fueron puestos de funcionario en el Ayuntamiento, el IMC y Fomento, a los que hay que sumar otros 27 laborales en los mismos ‘servicios’. En Deportes hubo 20 vacantes y en Autobuses otras 4. Eso hace un coste medio (cotizaciones incluidas) de algo más de 50.000 euros anuales por cada trabajador. De entre todas las áreas afectadas, la más dañada por esta práctica es Policía Local, donde hubo hasta 32 vacantes el pasado año.

La legislación promulgada en los últimos años para contener el gasto en personal público tampoco juega a favor de los trabajadores, y apuntala una política que, además, crecerá con el paso de los años. Así, en 2012 se generaron 9 vacantes; en 2013 fueron 25 y en lo que va de 2014 ya se han generado otras 14.

En total, 48 plazas en dos años y medio que no se cubrirán después de que quienes las ocupaban se jubilaran, las dejaran por voluntad propia o fallecieran. Solo el ahorro de esas nuevas vacantes asciende a más de 1,7 millones al año, cotizaciones incluidas.

Otro de los documentos que ‘obliga’ al Ayuntamiento a mantener esta política es el Plan de Ajuste al que quedó sujeto cuando tuvo que acudir al Plan Montoro para pagar más de 23 millones a los proveedores. Según ese documento, entre 2012 (año en el que empezó) y 2022 hay que ahorrar 9.649.240 euros en costes de personal por reducción de efectivos.

A juzgar por la evolución de los últimos años, se cumplirá. Incluso en exceso. En 2012 se pedía un ahorro de 89.478 y las nuevas vacantes ascendían a 194.000. En 2013 el objetivo eran 449.930 euros y las plazas que quedaron libres costaban 600.000. Por último, en 2014 se previó un ahorro de 400.167 euros y las nuevas sillas vacías evitarán un gasto de 529.000.

‘Nueva’ RPT

Sin embargo, y por mucho dinero que se ahorre rumbo al remanente, no podrá ser usado para nada más que para pagar deuda, así que en lo que trabaja el área de Personal, dirigido por la concejala Carolina Blasco, es en una modificación de la RPT que haga desaparecer los puestos que no se piensan cubrir de ninguna manera. Así no habrá que consignar su coste y el dinero quedará liberado para, por ejemplo, pagar inversiones.

En la modificación, que estos días se está ventilando con los sindicatos, se prevé la desaparición de 15 puestos de trabajo cuyo coste ascendía a 559.357 euros, a lo que había que sumar otro 30% de cotizaciones, horas extra... Por contra, se crean 10 plazas nuevas, seis de ellas en el área económica. Costarán 333.866 euros al año más cotizaciones y extras, así que el ahorro previsto con esta modificación es de otros 225.000 euros cada año. Mucho dinero para los tiempos que corren. Poco, si se compara con el ahorro total.