Suspenso en museografía

R.P.B. / Burgos
-

El investigador Emilio de Domingo pone de relieve en su tesis 'La comunicación del patrimonio burgalés' las deficiencias que la mayoría de los centros museísticos de la provincia presentan a la hora de transmitir sus riquezas al visitante

No siempre el rico patrimonio histórico, artístico y arqueológico del que puede con toda justicia alardear esta tierra está bien explotado. Hay capítulos, como el referente a los centros museísticos, objetiva y necesariamente mejorables. Así lo pone de manifiesto la interesante tesis doctoral recientemente defendida en la Universidad de Burgos por Emilio de Domingo Angulo y dirigida por René Jesús Payo. Un trabajo excepcional que abunda con sentido crítico y amplio análisis en la realidad de los 49 espacios museísticos con que cuenta Burgos en la actualidad correspondientes a la temática arqueológica, histórica y artística desde el punto de vista de la comunicación.

En ‘La comunicación del patrimonio burgalés’ Emilio de Domingo, profesor asociado de Comunicación Audiovisual y Publicidad, analiza uno por uno su génesis, la tipología de los distintos contenedores que albergan, la historia de sus colecciones, cómo se comunican a nivel expositivo, la museografía que utilizan, así como el uso de medios didácticos para hacer la visita más comprensible al público y que le confiera un cierto componente lúdico y de modernidad. Asimismo, ha examinado la forma en que se dan a conocer estos espacios museísticos desde un punto de vista externo, su difusión y los canales que utilizan hasta abordar la gestión de estos espacios desde varios aspectos y el análisis de los resultados de cada una de las variables recogidas en el trabajo de campo «para obtener una visión completa y actualizada de estos centros museísticos».

Para el investigador, abordar este asunto era un reto que ha venido a llenar un vacío existente y a poner un poco de orden en el campo prácticamente inexplorado de la museología en la provincia de Burgos. Máxime por su convicción de que el patrimonio en general «y el museístico en particular» se han comunicado «de manera deficiente». Y esta es la principal conclusión de la tesis. «No es normal que con la riqueza patrimonial que atesoran la ciudad y la provincia de Burgos, no hayamos sido capaces, en general, de adaptar a las nuevas demandas unos equipamientos museísticos acordes con nuestro patrimonio tanto material como inmaterial y hacerlos capaces de atraer a un número creciente de visitantes que pudiesen disfrutar de nuestra riqueza cultural».

Aunque De Domingo reconoce que en los últimos años algo está cambiando y la situación actual no se parece en nada a la de hace escasamente quince años porque poco a poco se van consiguiendo metas importantes, mejorando algunas instalaciones y creando nuevos artefactos capaces de ponernos en el mapa de la museografía a nivel internacional, «hemos detectado la falta de una comunicación adecuada tanto interna como externamente. Verificamos que, en algunos casos, unos más flagrantes que otros, todavía la museografía es muy conservadora y está muy lejos de los nuevos planteamientos didácticos museográficos que se imponen en estos momentos, como elementos audiovisuales, interactivos...», recoge en la tesis.

Ejemplos. Para el investigador, el caso más apremiante es el Museo de Burgos, «el gran olvidado, que ha quedado relegado a un ostracismo inmerecido, debido a varias causas tanto internas como externas. Este museo, con una riqueza importante en cuanto a sus colecciones, todavía soporta una museografía clásica expositiva. Urge acometer un nuevo proyecto museográfico, contextualizando piezas y colecciones, incorporando elementos interpretativos, interactivos y didácticos, con una gestión más dinámica y comunicativa que rejuvenezca la instalación y promueva y ‘resucite’ este importante museo. Esperamos que poco a poco, la administración competente apruebe la tan anhelada ampliación y su remodelación y modernización».

Lo mismo le sucede,según Domingo, al Museo de los Dinosaurios, «con una colección muy interesante pero con muchas carencias, a pesar de lo cual las personas que lo dirigen siguen apostando por él de una manera encomiable, a la espera de la prometida nueva sede por parte de la Junta de Castilla y León». Durante estos años, subraya el investigador, en Burgos se han inaugurado y remodelado varios centros museísticos «muy dignos y que ofrecen una calidad en su comunicación bastante notable». Dentro de esta gran heterogeneidad comunicativa, el investigador destaca el macro Museo de la Evolución Humana y todo el Sistema Atapuerca, «que cuentan con todos los avances museográficos para su comunicación didáctica interna, así como de su gabinete de comunicación para mostrarse al público desde las tecnologías más punteras». Otros centros que destaca Domingo son el Museo del Ejército, el del Libro y el de las Merindades, así como el esfuerzo realizado por el Museo de la Casa de las Bolas de Aranda de Duero y el Museo Municipal de Villadiego.

En el ámbito eclesiástico, el Museo de la Catedral de Burgos, el del Retablo, «con algún reparo», el del Monasterio de Santa Clara en Medina de Pomar, el de las Dominicas de Caleruega, el del Monasterio de la Vid, el del Monasterio de Silos, el de la Cartuja de Burgos y el de Ricas Telas en el Monasterio de las Huelgas, «nos ha parecido que, aun conservando una museografía clásica en la mayoría de los casos, aportan al mundo de la museología unos centros dignos, tanto por su exposición como por la forma como resuelven el tema de la comunicación».

Sin embargo, los pertenecientes a las diferentes parroquias, «dejan mucho que desear desde el punto de vista museográfico. Para empezar, tienen un problema en cuanto a la seguridad y conservación de las piezas, faltando en algunos casos incluso el inventario; también adolecen de sentido expositivo, pues las piezas están de tal manera colocadas que más parecen un anticuario que un museo. En ese apartado estarían los de las iglesias de Sasamón, Colegiata de Peñaranda, Gumiel de Izán y Oña, los cuales necesitan una remodelación en profundidad de su museografía y de su comunicación exterior. Hace falta que, desde la Diócesis se acometa un proyecto serio, que corrija estas deficiencias y cree espacios acordes con las piezas que atesora que son muchas y valiosas, que proponga líneas de actuación con planteamientos didácticos y educativos, así como en la mejora de la comunicación y gestión de las instalaciones».