Buscan recuperar el «esplendor» que tuvo el Corpus en otros siglos

I.L.H. / Burgos
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Entre el XVIy el XVII la gran celebración anual de la Iglesia contaba con autos sacramentales sobre carrozas hechas para la ocasión y una procesión con elementos festivos y religiosos. La quiebra en el comercio de la lana desinfló el evento

La Custodia de la Catedral (de oro, marfil, esmaltes y pedrería) sale en procesión en una carroza labrada en plata. Este año se celebra el domingo 22. - Foto: LUIS LÓPEZ ARAICO¶

 
Era la gran fiesta anual de la ciudad y estaba costeada prácticamente en su totalidad por el Ayuntamiento. En la época de apogeo del comercio de la lana, Burgos celebraba el Corpus Christi por todo lo alto, coincidiendo con uno de los cuatro jueves de solemnidad para la Iglesia. En la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVII en la fecha más importante del calendario y la ciudad contaba con autos sacramentales por la mañana y por la tarde, carros triunfales que se elaboraban expresamente para el evento, vestimenta de postín, y una procesión con elementos religiosos y también festivos como la tarasca (de los Gigantones hay constancia en el siglo XVIII). 
Recuperar aquel esplendor que fue decayendo a la vez que decaía la economía en la ciudad es el propósito que se ha marcado la asociación civil ProCorpus, de reciente creación. Los más de 70 integrantes que la conforman trabajan para recuperar la seña de identidad que tuvo en aquellos siglos y ya para esta edición han decidido incorporar algunos elementos.
En colaboración con el Ayuntamiento y la Diócesis, la procesión del Corpus del domingo 22 de junio añade cuatro altares en su recorrido: en la calle de La Paloma, los arcos del Consistorio, el Teatro Principal y el interior del Arco de Santa María. En el Ayuntamiento se venerará a la Virgen Blanca con los paños litúrgicos, candelabros y platería de la antigua capilla del Consistorio; en el arco estará la Virgen de la Consolación, que procesiona la parroquia de Fátima en Semana Santa; en La Paloma el Niño de la Cruz, de colección particular, y en el Principal, la Virgen de Santa Águeda que coronaba el altar de su iglesia y que hoy custodian las salesas.
Otra tradición que recuperan es la presencia de niños vestidos de ángeles portando campanillas. Serán ocho los chicos que lo retomen en la procesión.
Y, por último, buscan que les patrocinen las balconeras con una imagen exclusiva de Burgos que nada tiene que ver con las banderas de España que se ven en fechas como ésta. Antaño se utilizaban colchas y mantones de manila que esperan potenciar en próximas ediciones; para ésta se conforman con una imagen de la custodia burgalesa que procesiona. 
Y si todo encaja y sale bien, la intención es que en años venideros se representen incluso autos sacramentales.