Mil visitas diarias al Castillo pese a su "pobre" promoción

G ARCE
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Cada jornada 110 personas en grupos de 15 descienden al pozo de la fortaleza; otras muchas aún no conocen esta oferta.

Pese a los problemas surgidos con su gestión, que obligaron al Ayuntamiento a cerrarlo al turismo entre enero y Semana Santa de este año, el Castillo se mantiene como uno de los monumentos más visitados de la ciudad, como prueban las más de 1.000 personas que han accedido a la fortaleza cada jornada a lo largo de los meses del verano. Es turismo de origen nacional en su mayoría, aunque también hay grupos extranjeros, y además de las impresionantes vistas de la ciudad que ofrece y el buen estado de conservación que presentan las ruinas, al visitante le llama poderosamente la atención el hecho de que no tenga que pagar nada por la entrada, algo cada día menos habitual. Además, todos los consultados coinciden en que es una visita «sorpresa», por lo poco promocionada que está, y que realmente merece la pena.

Tampoco hay que abonar un euro por la visita guiada, la que permite acceder en grupos de 15 personas a las entrañas del pozo de agua que abasteció a la fortificación y escuchar las interesantes explicaciones históricas de las dos guías turísticas contratadas por el Ayuntamiento que se ocupan de esta tarea desde el pasado mes de junio. Bien es cierto que, según ha comprobado este periódico, buena parte de los que acuden a este lugar desconocen a qué hora y cómo se solicitan estas visitas y, de hecho, se enteran cuando lo leen en los carteles que hay pegados en la puerta o se lo preguntan al amable vigilante jurado que atiende la entrada al monumento.

Si en algo falla el Castillo, coinciden los consultados, es en su «pobre» promoción , «que no se corresponde con la importancia histórica y el interés que tiene la visita».

Desde su reapertura el 10 de junio y hasta el 12 de noviembre se han establecido un régimen de 7 visitas guiadas cada día, de lunes a domingo: por la mañana (a las 11.30;12.30 y 13.30) y por la tarde (a las 16.30; 17.30; 18.30 y 19.30). El procedimiento es sencillo, se solicitan en la entrada hasta alcanzar el aforo establecido, el que determinan las estrecheces del descenso al pozo, construido a finales del siglo XII. No se permite el acceso a niños menores de 5 años y se recomienda abstenerse a los que sufren de claustrofobia o vértigos.

El recorrido subterráneo lo conforman el paso por un túnel de 60 metros y un tramo de diez metros de escalera de caracol con 50 peldaños. Es un pequeña parte de esta extraordinaria construcción, que desciende 365 escalones hasta un río subterráneo ubicado a 63,5 metros de profundidad, el equivalente a un edificio de 22 plantas.

«Se trata de una obra medieval única en Europa de estas características, anterior incluso a la Catedral», recuerda la guía Aida Fernández. Las últimas horas de la tarde son las de más afluencia de público, los meses de verano es turismo nacional, mientras en junio y a partir de septiembre abundan los extranjeros. Muchos se pierden el pozo por falta de previsión.