Comienzan las obras en la galería este, la última del claustro por recuperar

I.L.H. / Burgos
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La rehabilitación de la panda que da acceso a las capillas del Corpus Christi y Santa Catalina durará medio año. La limpieza de esta zona, a cargo de Nueve Vertical y Airbur, recuperará las policromías de esculturas y portadas

En la restauración, que arrancó el lunes, trabajarán una decena de personas. Los sepulcros se cubrirán y en breve colocarán los andamios. - Foto: Luis López Araico

Dentro de seis meses ya no habrá galería con la que comparar la restauración del claustro. Dentro de medio año todas las pandas de esta zona de la Catedral que data del siglo XIII estarán recuperadas, y el tono oscuro de la piedra se convertirá en historia. Como ha pasado con las otras tres galerías (norte, sur y oeste), la rehabilitación devolverá las policromías originales de esculturas, elementos de ornamentación y portadas, «aclarará» los tonos sucios de sepulcros, muros y bóvedas y hará más luminosa la estancia con la limpieza de las vidrieras.

«Lo que le afecta es básicamente la suciedad. Las humedades se atajaron cuando se arreglaron las cubiertas y lo que toca ahora es que recuperen su esplendor», repasan el canónigo de la Catedral, Víctor Ochotorena, y José Barrio, de la UTE restauradora. Cuando esto ocurra, las esculturas del Apóstol peregrino, el sacrificio de Isaac por Abraham y una tercera imagen de un santo con un pergamino descubrirán lo que ahora solo se intuye: que sus ropajes interiores eran rojos, que barbas y pelos estaban pintados, y que los elementos que los adornan (lucha de centauros, zurrón...) lucían vistosos colores que van del verde al morado.

En los muros cercanos a las portadas de las capillas del Corpus Christie y Santa Catalina, los dos accesos desde esta zona del claustro alto, también hay coloración, en algunas zonas lisa y en otras jaspeada (en las partes resguardadas aparece un tono rojo más pronunciado). De igual forman tienen policromía los escudos de Castilla y de León, con el fondo de la fortaleza rojo y el del rey de la selva, blanco. Los adornos de vegetación que también forman parte de las portadas desempolvarán el tono dorado que tuvieron en su origen y las escenas centrales de las portadas ojivales   -un Descendimiento y una Déesis ahora negros- recuperarán sus tonos, que por otro lado son los que peor se conservan. Aunque la portada del Corpus Christie, pendiente de restauración con los fondos de la Fundación de Patrimonio, es probable que se deje para cuando se intervenga en la capilla.

En cuanto a las sepulturas, en esta zona del claustro se conservan la del reverendo licenciado Gaspar de Illescas y la del padre canónigo Pedro Sarracín. En estos casos no hay policromías, pero sí un tono oscuro casi negro que impide apreciar los detalles escultóricos. De los muros eliminarán también algunos grafitis (sí, como lo oye: rayones y pintadas), limpiarán las cartelas de las tumbas y corregirán algunos desperfectos.

La intervención en el claustro alto, considerado por su riqueza escultórica uno de los mejores de España de estilo gótico, está financiada por la Fundación Caja de Burgos y la Obra Social de La Caixa y su presupuesto asciende a 400.000 euros, una cantidad similar a la del resto de las galerías. En los trabajos de restauración participan una decena de personas que pertenecen a las empresas Nueve Vertical y Airbur.