Mariano Palacios lo ha sido casi todo en el mundo del ciclismo y ahora está a punto de dar un nuevo paso en su carrera como dirigente a nivel de Castilla y León. El sábado, en la asamblea de Castilla y León, será proclamado presidente de la Federación de Castilla y León, en sustitución de Roberto Coca. Por delante, dos años para completar  la legislatura antes de las nuevas elecciones en 2020. 

La vinculación de este burgalés con el mundo del ciclismo comenzó hace muchos años, en 1986, cuando acudió como invitado a la Vuelta a Burgos, donde desempeñó durante varias años más la función de chofer en la caravana de la carrera. Su afición a este mundo creció de forma irreversible y en 1989 comenzó su preparación como juez de ciclismo. En esta faceta lleva desde entonces y ha pasado por todos los escalones hasta convertirse en juez internacional.

Paralelamente, su presencia en todo tipo de carreras no ha parado de crecer. Por supuesto, desde 1986, no se ha perdido ni una sola edición de la Vuelta a Burgos, donde en los últimos años es uno de los jueces principales de la carrera. 

Pero hay más. Ha esta do en 13 ediciones de la Vuelta a España y ha llegado a participar como regulador de carrera en Argentina.

Además de sus cometidos como juez árbitro de ciclismo, siempre ha estado muy vinculado a temas federativos. Actualmente es presidente del Comité de Jueces de Castilla y León y delegado de ciclismo en Burgos, además de vocal a nivel regional.

«Hablé con Roberto Coca (hasta ahora presidente de la Regional) y entendimos que la mejor opción era que entrase yo en su lugar. Me dijo que le parecía lo más idóneo y acepté el reto», explica Mariano Palacios, que destaca la importancia de Castilla y León, «entre las seis con más licencias de España». Aunque continuará con el programa previsto para estos dos años, sí quiere introducir algunas novedades, sobre todo a nivel del trabajo con los más jóvenes. «Espero mejorar el trabajo en el tema de las escuelas de Ciclismo», asegura.