UCCL denuncia que el 80% de las vacas sacrificadas estaban sanas

J.C.O. / Burgos
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El sindicato agrario exige un cambio en la política de saneamiento ganadero ya que asegura que las campañas actuales no son efectivas y generan gran inseguridad en las explotaciones

«Tenemos más miedo a las campañas de saneamiento que se están haciendo que los ataques de los lobos, que ya es triste decirlo». Así resume el ganadero Carlos Neila, de Barbardillo de Herreros, la psicosis que están viviendo los ganaderos extensivos de vacuno de la provincia ante el último brote de tuberculosis bovina detectado que ha obligado a sacrificar 660 cabezas en Quintanar de la Sierra. 
Y no es para menos ya que si bien la Administración regional compensa con unos 400 euros de media por cada res que obliga a enviar al matadero, las pérdidas a mayores que genera para su titular se cifran en al menos 700 euros, según evidencia Iván Rodríguez, ganadero de Campolara.
A raíz de esta situación, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) arremetió ayer contra las campañas de saneamiento ganadero, ya que sostiene que la interpretación de la normativa por parte de la Administración está provocando innumerables problemas en diversas zonas.
Para los ganaderos los más sangrante es que la «hipersensibilidad» del sistema de pruebas diagnósticas está provocando que más de un 80% de las vacas que en vida han dado positivo de tuberculosis se hayan sacrificado estando «perfectamente sanas», como se ha demostrado posteriormente en los análisis post mortem, provocando la ruina y el abandono de muchas explotaciones.
El coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, cuestionó la efectividad de estas campañas asegurando que no se están realizando debidamente puesto que si bien vienen desarrollándose desde los años 90 y los resultados de prevalencia a tuberculosis y brucelosis mejoraron, en los últimos años se ha estancado «sin llegar nunca a alcanzar la completa erradicación de estas dos enfermedades».
Los ganaderos atribuyen el problema al hecho de que la ganadería extensiva comparte pastos con una cada vez más elevada población de fauna silvestre, exenta de cualquier control de tipo sanitario. Jabalíes, corzos y ciervos que, en su opinión, están infectados y están contagiando al ganado en contra de lo que sostiene la Administración regional.
 
¿Iintereses económicos?
«Esto hace que cíclicamente, y aun llevando a cabo puntualmente los estrictos controles sanitarios establecidos, los ganaderos de zonas de montaña sufran repuntes de las enfermedades objeto de saneamiento oficial, sin que la intensificación de las medidas en caso de positividad eviten estos repuntes», apunta González Palacín.
Los ganaderos también expresan su sospecha de que detrás del alto número de casos positivos en los análisis -en lo que va de año se han sacrificado en la provincia un millar de vacas, según sus datos- se encuentren intereses económicos de las propias empresas a las que la Junta adjudica la realización de las campañas de control sanitario.
«Pensamos que necesitan que haya positivos para seguir realizando su labor, porque cuando marcan una ganadería si hay muchos casos en la zona en lugar de una campaña de saneamiento se tienen que realizar dos», cuestiona Neila. «Parece que les interesa que esto siga así y los ganaderos se empiezan a plantear si les están matando las vacas para que otros puedan vivir a costa de su ruina», apuntilla González Palacín.
 
Convocada una concentración para mañana frente a la sede de la Junta
Para evitar la indefensión del ganadero, desde UCCL reivindican que la Junta articule mecanismos que permitan compatibilizar esta actividad económica con las campañas oficiales de saneamiento ganadero. «Esta estrategia ha demostrado que no funciona. Seguimos matando vacas, arruinando a los ganaderos  y con las enfermedades. Es lo más parecido a la Inquisición, matan ante la más mínima sospecha», recrimina González Palacín
Desde la organización reclaman la puesta en marcha del Consejo Asesor de Sanidad Animal, regulado desde 1998 «y que a día de hoy aún no ha sido constituido». Asimismo plantean la incorporación a los protocolos sanitarios de actuación el contraanalisis como garantía para el ganadero «porque es el único colectivo sin derecho a defensa».
Desde UCCL se propone también eliminar la obligatoriedad de la prueba Gamma Interferón para Tuberculina, al haberse comprobado que no es una fiable en su diagnóstico. Según evidencian entre el 75% y el 80% de las reses sacrificadas como consecuencia de haber dado positivo en ella resulta negativa en el cultivo postmortem, «sembrando desconcierto y desconfianza entre los ganaderos hacia las actuaciones de saneamiento y generando una situación peligrosa de falta de credibilidad  en las pruebas oficiales».
Reclaman además que se permita el libre movimiento de terneros de explotaciones positivas en tuberculosis a los cebaderos, puesto que la inmovilización actual implica  un grave problema  para aquellas  que no cuentan con instalaciones propias de cebo para finalizar su producción de terneros, reforzar las estrategias sanitarias sobre la fauna silvestre, la vacunación preventiva de la brucelosis y agilizar las investigaciones para culminar la vacuna de la tuberculina.
La UCCL ha pedido una reunión urgente con la Junta para que aclare todo lo relacionado con este tema, que tendrá lugar mañana al mediodía en la Delegación Territorial. Una cita que aprovechará para convocar una concentración de ganaderos frente al edificio de  la Junta.