ADIF baraja dejar sin terminar la estación pese a la llegada del AVE

H.J. / Burgos
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Sustituiría una de las tres vías actuales de ancho ibérico por ancho internacional y no remataría el tercer andén, que en su día se previó expresamente para alta velocidad

Vista de la estación desde la parte trasera, donde se aprecia el paso inferior ahora cerrado previsto para ser el futuro acceso a los andenes de alta velocidad. - Foto: Luis López Araico

La pretensión de abaratar en lo posible la llegada de la alta velocidad a Burgos puede acabar dejando a medias el acondicionamiento de la flamante estación Rosa de Lima, inaugurada en diciembre de 2008 y que fue preparada para acoger los trenes AVE el día que fueran una realidad, solo a falta de unos pequeños retoques.

En aquel entonces se dejó sin montar la vía que da acceso al último andén de la estación, el situado más al norte, pegando con la ladera. Además, en este mismo andén quedó sin rematar el pavimento, sin instalar ascensor ni rampa mecánica. Y tampoco se completó el paso inferior bajo las vías, a medio construir pero cerrado desde el interior de la estación.

En teoría cuando llegaran los trenes de alta velocidad todo eso debería finalizarse, pero sucede que el momento económico actual no es el mejor y que los responsables de ADIF están dando vueltas a una solución más barata y provisional que de momento, con la llegada del AVE procedente de Valladolid, no aprovecharía el potencial de la terminal burgalesa.

Fuentes cercanas al proyecto apuntan a que la solución que baraja el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias dejaría sin terminar el edificio de la estación, a la espera de que un día la alta velocidad se prolongue hacia elPaís Vasco.

Según esa propuesta, a la que ha tenido acceso este periódico, no se acabará el último de los andenes, utilizándose sólo los dos actuales, y de las tres vías con andén que existen se dejarían dos con ancho ibérico (convencional) y solo una con ancho internacional (para la alta velocidad).

Siguiendo este esquema, la adecuación de Rosa de Lima se limitaría a alargar el andén central unos 100 metros para lograr dos zonas de estacionamiento de trenes de alta velocidad. Allí podrían detenerse convoyes cortos, pero será más complicado el cruce de otros de mayor longitud, como los Alvia S-130. Una parte del andén, además, quedará fuera de la protección de la marquesina (con la consiguiente incomodidad para los viajeros, que ya de por sí sufren la climatología en este punto, abierto a los vientos del norte y sin mampara de protección), y las mismas fuentes apuntan a que en caso de avería o retraso de algún tren pueden generarse problemas de gestión de la propia estación y sus combinaciones.

El documento de trabajo interno de ADIF contempla esta situación provisional a partir del año 2015 (fecha oficial para la terminación de la línea, aunque los últimos problemas en la obra de Estépar amenaza con hacerla imposible), e incluye también la versión definitiva, aunque sin fecha de referencia, para cuando la alta velocidad prosiga hacia el norte. En ese caso sí que se utilizaría el tercer andén, pero habría que hacer nuevas obras de adecuación para modificar la situación provisional que ahora se plantea, con el consiguiente coste añadido.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias no ha contestado a las peticiones de este periódico para aclarar en qué momento se encuentran estos proyectos y si aún existe posibilidad de modificarlos.

Los cambios en la estación de Burgos que actualmente están a debate en el seno de ADIF derivan directamente de la necesidad de reubicar el cambiador de ancho de vías al norte de la terminal capitalina. A mediados de febrero este periódico reveló que el organismo ferroviario había previsto inicialmente dejar las vías de alta velocidad 15 kilómetros al sur de Burgos, enQuintanilleja, de forma que los trenes de ancho tendrían que cambiar allí su ancho para proseguir hacia el norte en tanto se decide la solución al AVE entre Burgos y Vitoria. Se trataba así de aprovechar la obra actual de construcción de vía nueva (que precisamente acaba en Quintanilleja) y no había que gastarse más dinero.

Sin embargo, para los intereses locales esto suponía no solo una pérdida en tiempo de viaje, pues los trenes tendrían que frenar mucho antes de lo debido (el cambio de ancho exige un paso muy lento por él, a apenas 5 kilómetros por hora), sino la imposibilidad de que a Burgos llegaran trenes de alta velocidad ‘pura’ como los que actualmente tiene Valladolid con Madrid, aunque luego no pudieran seguir hacia el País Vasco.

Derivada del cambiador

La publicación de Diario de Burgos hizo recapacitar a los responsables ministeriales, que tras reunirse con los senadores del PP por Burgos admitieron el cambio y anunciaron que la instalación se colocaría en la salida norte de Rosa de Lima. En efecto, en los esquemas de situación prevista en 2015 así figura, pero esto obliga a modificar no solo la propia estación sino toda la variante ferroviaria, donde también está por ver si se tienden nuevas traviesas de ancho internacional o se sustituyen las existentes (desde Valladolid el AVEllegará en vía única con varios puntos de adelantamiento y estacionamiento a lo largo del recorrido).