Rafa Nadal sueña con dejar un legado al tenis y a su tierra a través de la academia que llevará su nombre, un proyecto «especial» que, fiel a su espíritu competitivo, tiene también la intención de hacer un negocio rentable.

Después de una difícil temporada plagada de lesiones, el balear prevé un «apasionante» 2015 en el que espera competir «sano» durante todo el año.

¿Cómo está de la espalda? ¿Empieza ya a entrenar?

Sí, empiezo a entrenar la semana que viene y me siento bien.

¿Cómo se presenta 2015?

Como siempre, con la máxima ilusión de que las cosas vayan a salir bien. Lo más importante es estar sano, lo primero de todo.

¿Espera una temporada como la de 2013, con aquel regreso fulgurante después de una larga baja por lesión?

Un regreso como en 2013 es irrepetible. Este 2015, simplemente, lo afronto como un año bonito. Tengo que competir para estar al máximo. Este año me han pasado muchas cosas que no me han permitido tener el ritmo necesario, y el objetivo es que eso no ocurra.

El final de 2014 ha vuelto a ser con Federer y Djokovic peleando por los grandes títulos. ¿Siguen siendo los tres de siempre?

Bueno, los ‘Grand Slams’ los han ganado cuatro jugadores distintos. Djokovic, Wawrinka, Cilic y yo. No tengo la sensación de que solo estemos nosotros tres. Están Dimitrov, Nishikori, Raonic... Va a ser un año apasionante.

Dejó muy clara cuál es su posición sobre el debate en torno a la capitana de Copa Davis, pero ¿está dispuesto a jugar en Segunda División en 2015?

Estamos en diciembre y hablamos de una eliminatoria que es en julio, faltan muchos meses. Vamos a ver qué pasa y, cuando llegue el momento, tomaremos la decisión. Representar a España es un honor, pero tengo 28 años, no 20, y esto es una realidad. Tiene que haber nuevas generaciones que sean los que empujen lo que hemos hecho nosotros durante los últimos 10 años.

Carlos Moyá tuvo muchos problemas para juntar un equipo. ¿Cree que hay gente por detrás que debería implicarse más?

Nuestra generación ha ganado cuatro ensaladeras y hemos estado luchando durante muchos años. La Davis tiene un problema importante que son los cambios de superficie drásticos. En términos de lesiones, eso es muy peligroso. Y la realidad es que, en mi caso, quiero evitar riesgos importantes.

Según contó, el tratamiento con células madre le exige realizarse agujeros en la cresta ilíaca. ¿Está forzando su cuerpo o no es tan agresivo como suena?

Nunca haría algo que fuera en contra de mi salud. La vida personal y la felicidad van mucho más allá de mi carrera tenística. Eso vaya por delante. A partir de ahí, no hago nada más de lo que me han aconsejado los médicos.

Habló más claro que nunca sobre su futuro , ¿se ve viviendo trabajando en la academia?

Mi futuro está aquí. El tenis me ha dado mucho. Y es mi forma de devolver un poco todo lo que me ha dado, intentando crear un centro dedicado a los niños.

Pero también tiene que ser un negocio rentable, ¿no?

Esto no se hace pensando en que vaya a ser un gran negocio. Lo hago pensando en dejar un legado de lo que ha sido mi carrera.