La convocatoria de huelga general tuvo ayer en la capital ribereña un seguimiento sensiblemente inferior al del paro del 29 de marzo y no afectó a la industria de manera tan determinante. Sin embargo la multitudinaria manifestación con la que culminó la jornada sí tuvo una participación notablemente mayor a la de la marcha de protesta de aquella fecha, cuando salieron a la calle 3.000 personas, signo inequívoco de que la indignación ciudadana va en aumento.
A pesar de la presencia de piquetes informativos -menos numerosos que en ocasiones anteriores- no hubo incidentes relevantes, más allá de que las cerraduras de algunos establecimientos amanecieron selladas con silicona y masilla, como la sede de la asociación de empresarios o algunos comercios de las calles Isilla y Béjar.
Que la incidencia iba a ser menor ya comenzó a apreciarse poco antes de las 22:00 horas del miércoles con la incorporación del turno de noche de factorías como Michelin y Pascual, donde se produjo una entrada muy importante de trabajadores, y se confirmó en los turnos de las 6:00 h oras.
Sin capacidad para bloquear todos los accesos a los polígonos industriales, los piquetes se concentraron a las 7:30 horas frente al Parque de Bomberos donde realizaron cortes intermitentes de la N-122 por espacio de unos 20 minutos y bajo la atenta vigilancia de la Policía que provocaron mínimas retenciones y pequeños retrasos. Un punto donde dos horas antes protagonizó un acto similar un bullicioso piquete de la CGTy la CNT.
Tras recorrer el polígono industrial, en el centro de la ciudad los piquetes se centraron en las oficinas bancarias yen los supermercados que, si bien iban cerrando a medida que recibían la visita no tardaban en volver a levantar la persiana en cuanto desaparecían a la vuelta de la esquina.
DISPARIDAD
Tanto CCOO como UGT valoraban positiva el respaldo obtenido y achacaban que no fuera mayor al miedo de muchos trabajadores a perder su trabajo. Modesto Rioseras, de UGT, subrayaba que en la situación actual hay auténticos dramas humanos «que no se pueden permitir perder el dinero de un día de huelga». Jorge Melero, secretario comarcal del CCOO, advertía que la propia reforma laboral ha actuado de «piquete empresarial» ya que lleva implícita la amenaza de despido.
Según sus datos, en Michelin había secundado la huelga entre el 35 y el 40% de la plantilla, en Leche Pascual, TecnoAranda y Verdifresh por encima del 50%, destacando que en empresas como Altresa «el paro ha sido total, lo han secundado prácticamente el 100% de los trabajadores salvo el director y algún responsable», y que en el aseo urbano solo salieron los servicios mínimos. En cuanto a la pequeña industria calificaban de «residual» la actividad a primera hora en el polígono industrial.
Y respecto al comercio, aunque apreciaban más cierres que el 29-N, reconocían una menor incidencia que en industria, si bien subrayaban el descenso en el consumo.
Los datos contrastan con los de la patronal, que cifra en un 5% el seguimiento medio de la huelga. El presidente de Asemar, Pedro Iglesias, basaba la escasa repercusión en que la incidencia en las grandes industrias rondó el 10% «con algunas a la que han asistido el 100%». De hecho, fuentes de Michelin informaban de que en un 20% de los trabajadores se sumaron al paro en su planta, mientras que Pascual esgrimía un 14% en producción y un 10% en oficinas y laboratorios. En las pequeñas industrias Iglesias aseguraba que «prácticamente la totalidad ha abierto y casi la totalidad ha asistido al trabajo».
En cuanto al comercio, hacía hincapié en que las franquicias habían abierto todas y que el pequeño comercio se había ido animando a abrir a medida que transcurría la mañana. «En líneas generales ha habido bastante menos repercusión que en marzo», aseguraba , indicando que la normalidad había sido la tónica.
En el caso del Ayuntamiento, según el concejal de Personal, Máximo López, sobre un total de 285 trabajadores secundaron la huelga 42, un 14,74% de la plantilla.
La guinda a la jornada la puso la histórica manifestación que partió a las 19:00 horas de la Plaza del Trigo y que, según fuentes policiales, congregó a 8.000 personas, siendo una de las más multitudinarias que se recuerdan en la capital ribereña. Una auténtica riada humana ante la que CCOOy UGT hicieron un llamamiento al Gobierno para que rectifique sus políticas radicalmente opuestas a lo que el PP llevaba en la campaña electoral o convoque un referéndum.