Punto muerto en la negociación con los anestesistas, que siguen adelante con la huelga prevista

Angélica González / Burgos
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La gerencia del hospital no se pronuncia y los médicos aseguran que se ha quebrado la confianza en ella por el comunicado que hizo público sin consenso el pasado miércoles

Si nada lo remedia, el jueves los anestesistas irán a la huelga. - Foto: Alberto Rodrigo

Todavía quedan seis días antes de que llegue la fecha anunciada para el inicio de la huelga, el día 22, pero si las cosas siguen como hasta ahora los anestesistas del Hospital Universitario de Burgos pararán su actividad, lo que tendrá importantes consecuencias ya que su presencia es imprescindible en todas las operaciones y en mucha otra actividad asistencial. Las negociaciones con la dirección están en punto muerto después de que ayer no solo no se acercaran posturas sobre los problemas que denuncian los médicos sino que éstos le afearan al gerente el hecho de que enviara a los medios de comunicación unilateralmente un escrito en el que aseguraba que la huelga se iba a desconvocar, lo que ha hecho que se quebrara su confianza. «La huelga sigue en pie, no la hemos desconvocado, solo la ha desconvocado el gerente», decían, en este sentido, las portavoces del colectivo, María Eugenia González y Blanca Martínez tras el encuentro que tuvieron con parte del equipo directivo.

No hay, de momento, más reuniones a la vista. El siguiente paso, según los convocantes del paro, es la redacción de un documento en el que se van a plasmar «de forma minuciosa» todas las peticiones que ya le han hecho llegar a la dirección del centro y que no han tenido respuesta: «Piensan que unas cuestiones son de organización del servicio y otras, dependen de Valladolid, parece que todo son problemas que no les atañen».

Con respecto a la Unidad del Dolor, cuya apertura   anunciaban la semana pasada a los pacientes de fibromialgia la directora médica, Carmen Rodríguez Pajares, y el delegado de la Junta, Baudilio Fernández-Mardomingo, ahora la dirección no les asegura a los anestesistas que tengan dos días para consultas y uno para elaborar técnicas contra el dolor. «Dicen que lo prioritario es la lista de espera quirúrgica pero a nosotros no nos tienen que contar lo importante que es esto porque ya lo sabemos, como también sabemos que hay numerosos pacientes con dolor crónico, muchas veces de origen oncológico y, en ocasiones, prácticamente insoportable, que también necesitan que se les atienda». Para ello proponen que se  haga la programación quirúrgica en función de los anestesistas con los que se cuente cada día.

También les preocupa que la Unidad de Reanimación Post-Quirúrgica (URPA) no tenga un anestesista 24 horas y no esté reconocida oficialmente como una unidad de pacientes críticos. «La población cada vez está más envejecida y tenemos pacientes con mucha patología de base que son sometidos a intervenciones de envergadura y necesitamos más personal», resumen. En este sentido, aseguran que con una nueva incorporación se recuperarían las dos guardias localizadas que se quitaron «por los recortes» cuando se trasladaron al HUBU. Los profesionales han recogido a mano -porque no tienen un programa informático- que en un año han pasado por la URPA 10.081 pacientes, de los que más de 2.000 necesitaron estar más de 24 horas.