La constructora asumirá la reparación del tejado de la iglesia de Orón

R.L. / Miranda
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La garantía de la obra que se ejecutó el pasado verano cubrirá el arreglo de los destrozos causados por el viento hace un mes

Ya se ha encontrado una solución para arreglar los desperfectos que  las fuertes rachas de viento ocasionaron en el tejado de la iglesia de Orón hace ahora un mes. La reparación correrá a cargo de la empresa que el pasado verano se encargó de cambiar todo el tejado, una obra que tuvo un coste de 90.000 euros y que está en periodo de garantía. No es normal, y así lo entienden desde la propia iglesia, que medio año después de arreglar la cubierta el viento se lleve parte del tejado. Con este argumentos, el Arzobispado de Burgos se puso en contacto con la constructora, que finalmente ha accedido a reparar los destrozos. Desde la iglesia ya se ha solicitado al Ayuntamiento de Miranda la correspondiente licencia de obras, y se espera que en unas semanas se pueda realizar la reparación.

El cura de la iglesia de San Esteban respira ahora mucho más tranquilo. Hace unas semanas ya  señaló a este periódico que arreglar la cubierta con sus propios medios «se escapa de las posibilidades económicas de la parroquia». El problema por aquel entonces era que el seguro que tiene contratado el templo tampoco se hacía cargo de los daños ya que la velocidad del viento tenía que ser de al menos 90 kilómetros por hora y según los datos registrados por la Agencia Estatal de Metereología,  en la estación que tiene en Miranda se registró ese día una máxima de 83. Afortunadamente se ha encontrado una solución para arreglar el tejado sin que suponga un agravio para la iglesia.

El párroco espera que no vuelva a haber más problemas. «Para mí es importante saber qué sistema emplean para colocar las tejas, porque el que han utilizado ahora, que dicen que es un sistema moderno,  se ve que no funciona bien, y dentro de unos meses viene otra airada y se lo vuelve a llevar», señala Diodoro Merino.

Por su parte, el alcalde de la pedanía teme que, a raíz de los destrozos, la lluvia caída en estas semanas haya afectado al interior del templo debido a que el tejado no puede preservar del todo la humedad. «Con el tiempo que tenemos, el agua se está metiendo dentro, se filtra y puede que se fastidien los techos y entonces el problema será mayor», sostiene Ricardo Da Rocha, quien pide que  «se arregle en condiciones y se pidan responsabilidades porque no es normal que se haya levantado de esa manera».

Mientras tanto, el templo continúa vallado para impedir que las tejas que se han quedado sueltas sobre la cubierta se caigan y puedan afectar a algún viandante. En estos pasados días, el viento ha vuelto a hacer acto de presencia, aunque no ha habido daños.