Pague un café por adelantado

Gadea G. Ubierna / Burgos
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Y alguien que no tenga recursos podrá consumirlo. La iniciativa solidaria 'Cafés pendientes' llega a Burgos

A partir del miércoles, en el local de la calle Laín Calvo se podrá pagar café u otra bebida no alcohólica y una tosta para que alguien con necesidad lo pueda pedir. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La cafetería del espacio Ágora, en la calle Laín Calvo, será la primera de la capital en sumarse a la iniciativa solidaria Cafés Pendientes, que consiste en que un cliente paga una o varias consumiciones por adelantado para que alguien que no tiene recursos pueda entrar y tomarla sin pagar nada. Este proyecto, basado en la confianza y sin ánimo de lucro, funciona ya en Aranda de Duero (en el bar Toisi) y en otras capitales de la región como Salamanca o Valladolid. Ágora se sumará desde el próximo miércoles.

La iniciativa Cafés Pendientes surgió en 2008 en Nápoles, cuando una serie de establecimientos decidieron dar la posibilidad de que todo el que quisiera pagara por adelantado un café caliente y comida para que pudieran tomarlo otras personas que tuvieran necesidad y no pudieran permitirse pagar el euro o el importe de la consumición. Al cabo de un tiempo empezó a extenderse por otras capitales y, desde hace un par de meses, ha llegado a España de la mano de un joven de Barcelona dedicado al marketing on line, Gonzalo Sapiña. Él decidió crear una página web (cafespendientes.es) en la que explica la historia de la iniciativa y la dinámica, además de incluir un mapa de España en el que va marcando la ubicación de los establecimientos que se van sumando a la red. « El tema de cafés pendientes, y por ahí le vi el gancho, es que realizando una acción que sueles hacer normalmente, cotidiana y fácil, puedes ayudar a la gente más necesitada. He aquí la clave del porqué la gente se va sumando», explica Sapiña a través del correo electrónico.

El mecanismo de la iniciativa es más o menos el mismo en todas partes, aunque cada establecimiento puede adaptarlo a su gusto. Los hosteleros interesados en participar descargan un cartel de la página web para colocarlo en las vitrinas o en el exterior del local e informar de que allí es posible consumir un café pagado por otros. Sapiña facilita el diseño de la cartelería y se encarga de marcar la ubicación en el mapa de la página web. También suele pedir fotos y otro material para incluirlo tanto en la página como en los perfiles de Facebook o Twitter.

Los responsables de Ágora han pensado en dar la posibilidad de que los clientes puedan pagar una consumición -siempre no alcohólica- y una tosta, «para que quien lo está pasando mal también pueda comer algo», señala el responsable de Ágora, Simón Menéndez.

Hace varios meses que Menéndez tenía idea de poner algo parecido en práctica en la cafetería de la calle Laín Calvo, porque lo había visto fuera de España y le pareció buena idea. Además, hay que tener en cuenta que aunque la parte más visible de Ágora desde la calle es la cafetería, el espacio es mucho más que eso: promovido por la Asociación Hechos, la cafetería la atienden personas que llegaron en patera de África, hay un espacio de trabajo compartido (coworking), un zona didáctica y de venta de libros para niños y venta de productos de comercio justo entre otras cosas. Es decir, a todo el espacio le mueve un espíritu solidario, en el que ahora se da un paso más.

«La idea es que todo el que quiera, pague por adelantado, ese dinero se mete en un bote y cuando alguien con necesidad entre a ver si hay algún ‘café pendiente’, que pueda tomarlo», explica Menéndez. La idea se pondrá en marcha el miércoles y ya han hablado con otras organizaciones para que, en caso de que haya mucho bote, se pueda compartir.

El promotor de ‘Cafés Pendientes’ en España, Gonzalo Sapiña, también ha previsto que puede haber casos en los que, por las características del establecimiento o por el motivo que sea, los interesados quieran emplear material desechable, se lo facilitan. Para ello, solo tiene que pedirlo a través de la página web.