El Burgos CF crece desde atrás

J.C.M. / Burgos
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La mejoría defensiva, fruto de reforzar el centro del campo, ha permitido al equipo burgalés completar dos jornadas sin encajar un gol y sumar cuatro puntos

En las siete primeras jornadas de Liga el Burgos había encajado 15 goles, más de dos por partido, y había marcado 9. - Foto: Tomás Alonso

Una decisión táctica de Fede Castaños durante la semana previa al partido ante el Guijuelo parece haber sido la clave de la evidente mejoría del Burgos en las dos últimas jornadas. Después del 1-3 frente a la Cultural Leonesa, el equipo tocó fondo y anímicamente quedó muy marcado. Una semana después, arrancó un empate en Guijuelo, cuyo valor fue mucho más allá del punto sumado en la clasificación. Una semana después, Castaños apostó por la continuidad y el equipo ganó 3-0 al Valladolid B.

Que la mejoría defensiva era necesaria era un secreto a voces. Ningún equipo puede aspirar a nada si encaja más de dos goles por partido. Y eso es lo que había pasado en las siete primeras jornadas de Liga. Dos goles en Compostela, tres en Oviedo, dos en Avilés  y ocho en El Plantío en tres encuentros es una cifra inasumible para un equipo de fútbol.

A partir de ahí comenzaron los cambios. Fede Castaños tuvo claro desde el primer entrenamiento de la preemporada la forma que quería para su Burgos. Su apuesta era un 4-2-3-1; con una defensa donde los laterales tuviesen recorrido para sumarse al ataque; dos medios diferentes (uno de corte más ofensivo y otro defensivo); dos interiores capaces de jugar por dentro y hacer pasillos para los laterales; un media punta y un delantero.

Fue un sistema empleado desde la pretemporada y en algunas posiciones se fueron alternando los jugadores en algunos de esos puestos. Pero desde la primera jornada se vieron alguna deficiencias, sobre todo defensivas. Los problemas llegaba al perder el balón, al defender. En su equipo Fede Castaños tenía muchos futbolistas con vocación ofensiva pero menos adaptados a tareas de presión y repliegue. Ese es el caso de futbolistas de banda como Carralero y Javi Hernández, lo que provocaba un trabajo asfixiante para los dos laterales.

Contra la Cultural Leonesa intentó alterar esta dinámica situando a Javi Hernández en la media punta y colocando a Gabri Gómez por la banda derecha para aprovechar su trabajo defensivo.

Sin embargo no fue suficiente. Tres errores puntuales condenaron al Burgos a su tercera derrota consecutiva. Había que ir más allá. Fede Castaños dio una vuelta de tuerca y encontró una solución de emergencia, aunque no demasiado de su agrado, reforzar el centro del campo, sacrificar un punta y juntar mucho más a su equipo.

La medida fue situar a tres centrocampistas, con dos bandas y un solo punta. En su plantilla hay dos tipos de medios. Están Beñat y Moke, de corte más defensivo; y Antón y Jorge Sáez, con vocación más atacante.

En Guijuelo apostó por el músculo y colocó a Beñat por delante de la defensa y a Moke y Antón por el centro; con Jorge Sáez escorado a la banda derecha y Carralero en la izquierda.

El domingo, ante el Valladolid B, el sacrificado fue Beñat y Moke jugó por delante de la zaga, con Antón y Jorge Sáez acompañando a Javi Hernández y Carralero en la línea de cuatro, con Gabri Gómez en punta.

Esta disposición permite, sobre todo, que los medios puedan ayudar más a los jugadores de banda, cortar el juego por dentro de sus rivales y, en definitiva, brindar más a la defensa y evitar una sangría de goles en contra que estaba hundiendo al Burgos.