Frenazo a la ilusión

Raúl Canales / Miranda
-

Un paso atrás. El Mirandés pierde ante el Girona y el sueño de luchar por la zona alta de la tabla se aleja un poco más. Los rojillos no tuvieron su tarde ante un rival que se llevó el triunfo gracias a su orden táctico

CD Mirandés: 0  Girona FC: 1

Mirandés: Imanol, Espín Puerta (Jordi Pablo, 56´), Kijera (Juanjo, 64´), Caneda, Álex Ortiz, Igor Martínez, Fran Carnicer (Rúper, 56´), Urko Vera, Provencio, Aitor y Álex García.

Girona: Isaac Becerra, Ramalho, Carles Mas, Sebas Coris (Cifuentes, 71´), Granell, Richy, Eloi Amagat, Aday, Sanchón (Jandro, 64´), Sandaza (Mata, 85’), y Pere Pons.

Árbitro: Sureda Cuenca, colegio balear. Amonestó a los locales Aitor, Carnicer, Rúper, Kijera y Álex García y al visitante Aday.

Goles: 0-1 (minuto 15) Richy, en un lanzamiento de falta.

Público: 3.225 espectadores en Anduva en el primer partido con tornos y sin el sector de Preferencia.

Lo mejor: Los resultados de la jornada permiten mantener el colchón de puntos con la zona baja.

Lo peor: El juego de ataque del Mirandés es demasiado previsible y el equipo tiene una dependencia casi exclusiva del acierto goleador de Urko Vera.

El sueño del Mirandés de engancharse con el tren de cabeza sufrió ayer un duro revés en Anduva. El partido ante el Girona se presentaba como una gran oportunidad para calibrar las opciones reales de sumarse a la pelea, pero los rojillos no pudieron con un rival que supo hacer su partido, y acabaron desquiciados por la impotencia,

Al Mirandés le sobraron ganas, pero le faltaron ideas. El equipo no se sintió cómodo en ningún momento y el recurso de la épica, que tantas tardes ha salvado esta temporada, no funcionó en esta ocasión.

El Girona demostró porqué es el mejor visitante de la categoría. Sin lujos, los catalanes leyeron el encuentro a la perfección. Golpearon antes del cuarto de hora con un gol de falta de Richy en el que Imanol pudo hacer más, y a partir de ese momento manejaron los tiempos con maestría. Se jugó al ritmo que ellos quisieron, y cuando el Mirandés quiso meter una marcha más, aguantaron el empujón final sin excesivos agobios.

Consciente del peligro por las bandas de los carrileros del Girona, Terrazas reforzó la derecha con Espín y adelantó a Aitor. La apuesta a nivel defensivo no salió mal, pero le restó alternativas al equipo en ataque.

La inoperancia local en la creación fue aprovechada por los visitantes, con las ideas más claras, para adueñarse del partido. El Girona sabe perfectamente a lo que juega y ejecuta el plan casi de memoria. El tempranero gol supuso el empujón definitvo a su planteamiento.

Con Igor Martínez desdibujado y Carnicer desaparecido, el juego del Mirandés se tornó excesivamente previsible. Ni siquiera los balones largos a Urko Vera, la solución más recurrente cuando no hay profundidad, surtieron el efecto deseado ya que el esquema de tres centrales del Girona maniató al punta vasco, que acabó desesperado ante la falta de espacios.

Solo en una ocasión pudo librarse de la pegajosa marca de Richy, pero su cabezazo se marchó alto. El reloj marcaba el minuto 27 y era la primera aproximación rojilla a la meta de Becerra. También fue la última de la primera mitad.

Tras el paso por vestuarios el Mirandés dio un paso al frente. Terrazas no tardó en jugársela con todo y a falta de media hora ya había agotado los tres cambios. Primero dio entrada a Rúper y Jordi Pablo, lo que le otorgó al equipo más presencia en el centro del campo, y luego intentó meter más mordiente arriba con Juanjo.

El Mirandés empezó a tocar más entre líneas y minimizó los pelotazos. Ahí llegaron sus mejores minutos. Álex García, tras una buena jugada de Provencio, cruzó en exceso su remate desde la frontal en la mejor oportunidad local. Minutos más tarde fue Urko Vera quien ganó en el salto pero no pudo dirigir el remate para evitar a un Becerra bien colocado.

A trompicones, pero el Mirandés comenzaba a encerrar al Girona, por lo que Machín movió ficha para recuperar el control. La incorporación de Jandro restableció el orden táctico y la apuesta cada vez más desesperada de los rojillos, que acabaron con Álex García como lateral, dejaba espacios para lanzar contras.

En una de ellas, Sandaza aprovechó un pase a la espalda de los centrales para batir a Imanol pero el árbitro anuló la jugada por fuera de juego.

Sin tiempo y sin claridad en su fútbol, al Mirandés solo le quedaba recurrir a la heroica para intentar arañar un punto. Y pudo lograrlo si Juanjo hubiera acertado con un cabezazo en el descuento a la salida de un corner o si Sureda Cuenca hubiera señalado penalti en un disparo desde la frontal de Ruper, en la última jugada del partido, en el que todo Anduva reclamó mano. Pero no era la tarde de los rojillos.

Carlos Terrazas | Entrenador del CD Mirandés

«Sabíamos que era el partido más difícil y nos ha costado»

Carlos Terrazas había advertido durante la semana que el encuentro ante el Girona era el más difícil que le quedaba al Mirandés en casa y ayer lo corroboró. «Sabíamos que era un partido muy complicado y nos ha costado profundizar. Hemos intentado dominar pero sin acierto».

El técnico rojillo no restaba mérito al triunfo del Girona. «Si ha sacado 30 puntos a domicilio es por algo». Aún así consideraba que el tempranero gol de Richy condicionó el encuentro porque obligó a cambiar el planteamiento. «Ellos han salido reforzados y nosotros hemos tenido que ir a remolque. Si no hubiésemos encajado ese gol, el partido hubiera sido otro», apuntaba.

El míster se quedaba como lectura positiva con la mejoría de su equipo en el segundo tiempo. «En el primero no hemos tenido ritmo pero después del descanso sí, lo que pasa es que ahí ya estás obligado a acertar en las dos o tres ocasiones que tengas y nosotros no lo hemos hecho».

Con el marcador en contra, Terrazas no dudó a la hora de buscar alternativas desde el banquillo. El técnico quemó todas las naves con tiempo suficiente pero el resultado no se movió. «Había que arriesgar aún sabiendo que nos podían coger en un contragolpe, pero no hemos podido empatar».

El equipo empezará hoy mismo a preparar el partido del próximo sabado ante el Sabadell en Anduva.