El 1 de junio de 2018, el aeropuerto de Villafría recuperó la línea de vuelos regulares con la conexión entre la capital burgalesa y Barcelona.Lo hacía a cambio de un desembolso por parte de la sociedad municipal Promueve hacia Air Nostrum, compañía operadora, de 1,2 millones de euros por cada año de contrato (100.000 euros al mes) -firmado por dos, pero con posibilidad de prórroga otros dos- y una frecuencia fijada en los tres enlaces semanales con la Ciudad Condal.

Desde el inicio hasta el final de diciembre, siete meses justos, se han aportado pues 700.000 euros desde Promueve para llevar a cabo las 175 operaciones, lo que dividido entre los 5.382 pasajeros que han viajado se traduce en que cada billete cuesta un total de 130,07 euros de dinero público.

Así se desprende tras analizar los datos recogidos por la entidad dependiente del Ministerio de Fomento, que gestiona los aeropuertos de interés general, y que eleva hasta los 10.341 usuarios los que han empleado esta instalación. De ellos, cerca de la mitad (5.382) lo han usado dentro del contrato conAir Nostrum para viajar -o llegar- desde Barcelona, mientras que el resto corresponde a vuelos privados, en helicóptero... No obstante, durante noviembre y diciembre se produjeron varias cancelaciones debido a una serie de obras en el aeropuerto de El Prat y a las malas condiciones meteorológicas (niebla), por lo que se perdieron entre cinco y seis vuelos.

«Contábamos con que íbamos a necesitar tiempo para reactivar el aeropuerto.Sin embargo, la evolución del tráfico es preocupante», explica Vicente Marañón, concejal de Ciudadanos. Es por ello que anuncia que desde Promueve van a solicitar a Air Nostrum una reunión con varios de sus departamentos para que les trasladen sus impresiones sobre la marcha del contrato. La cita servirá para que los responsables municipales indiquen también sus propuestas. «Es necesario hacer los vuelos más atractivos», afirma Marañón, que plantea ampliar los horarios con un vuelo los domingos por la tarde y, por otro lado, una salida a primera hora de la mañana.

«Parece un contrasentido aumentar la oferta cuando los aviones van vacíos, pero la actual no es la más indicada», admite. Además, apuesta por una subida del billete para hacer viable la ruta a largo plazo y dejar de subvencionarla tanto. «Al precio actual es bajo, y las tasas ya son un buen pellizco. Lo que le queda a la compañía es tan poco que no le acaba saliendo rentable», explica, por lo que pone el foco en los pasajeros que emplean -o podrían llegar a emplear- este medio de transporte dentro de su trabajo.

tramo duro. Air Nostrum aseguró en la firma del contrato que esperaban poder transportar entre 9.000 y 10.000 personas durante su primer año. Con siete meses ya cubiertos -verano incluido-, la cifra es de 5.382, algo más de la mitad. «Uno de los meses más flojos es febrero», asegura, por lo que habrá que esperar hasta la Semana Santa para ver si el número de pasajeros aumenta.

No obstante, explica que si se produce un cambio en los horarios, la situación podrá revertirse antes de lo previsto.