Ribera registra la mayor cosecha de su historia con 119 millones de kilos de uva

I.M.L. / Aranda
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Las lluvias registradas en el ámbito territorial de la Denominación de Origen han provocado que se constaten desigualdades muy marcadas en cuanto a la cantidad y la calidad en el fruto que han recepcionado las bodegas

Los primeros 15 días de la vendimia se contó con una meteorología propicia para poder realizar la recogida de la uva a buen ritmo y sin problemas sanitarios. - Foto: DB

Después de 40 días en los que la actividad ha sido incesante en las 21.731 hectáreas que componen el territorio de la Denominación de Origen Ribera del Duero, el Consejo Regulador ha ofrecido ya las cifras provisionales sobre la campaña de vendimia de este año, que ha registrado un récord absoluto de kilos entregados en las bodegas, que hasta ahora era el alcanzado en 2006 con 97.189.051 kilos de uva. La cantidad ha alcanzado los 119.229.282 kilos, lo que supone un 25% más que el año pasado, que fue la tercera mayor vendimia en cantidad desde que se tienen registros de estos datos por parte del Consejo Regulador y un 36,6% más que la media de las cinco últimas cosechas.

Como suele ser la tónica habitual en esta comarca vitivinícola, la vendimia comenzó tímidamente aunque, a diferencia de otros años, se adelantó en el calendario abriéndose las primeras bodegas para la recepción de uva el 10 de septiembre, cuando en la campaña anterior la fecha de inicio fue el día 25. Este adelantó se debió a las elevadas temperaturas que se registraron en las semanas más avanzadas del verano, que provocaron una idónea y rápida maduración de las bayas.

Las jornadas en las que se intensificó de manera notable la entrada de uva en las diferentes bodegas receptoras fueron los días 3 y 4 de octubre, en los que se llegaron a pesar en torno a los 20 millones de kilos del total de esta cosecha. Sin embargo, a pesar de la buena marcha de la vendimia, el 9 de octubre se produjo un drástico parón en la recogida por causa de las lluvias que se generalizaron en toda la comarca vitivinícola e impidieron seguir con las labores en el campo al ritmo deseable.

La importante humedad que dejaron las precipitaciones en el ambiente y la destacada cantidad de agua que se acumuló en los racimos y los pámpanos hizo temer por la aparición de brotes de botritis, hongo que al final condicionó las decisiones que tuvieron que tomar los viticultores antes de reiniciar la vendimia. «Las lluvias está claro que han perjudicado el normal funcionamiento de la vendimia pero eso ha hecho que la gente haya hecho unos esfuerzos mayores a la hora de seleccionar la uva, sí que hubo pequeños brotes de botritis pero yo creo que tanto el vendimiador como las bodegas somos conscientes de que hay que mejorar la recepción, es decir, que solo se puede recoger el fruto que esté en perfecto estado sanitario», valora Javier García, vicepresidente de la Asociación Empresarial de Bodegas de la DO Ribera del Duero (Asebor). Algunas fuentes consultadas por DB dentro del sector apuntan a que la uva que se puede haber quedado en los viñedos por estar afectada por esta adversa situación sanitaria podría rondar el 10% de todo lo que había por recolectar.

La técnica de dejar fruto en las parcelas es ya una práctica más que instalada en las costumbres del sector ribereño, lo que ha motivado que las condiciones de la uva que ha llegado a las bodegas haya sido la idónea, a pesar de la aparición de hongos tardíos. «En las zonas que yo visité y comprobé in situ, veías que, en todo lo que se ha vendimiado tarde, los racimos malos estaban tirados al suelo, lo que afecta al número de toneladas total pero, como no se ha recolectado, no va a afectar a la calidad, que es lo que nos tiene que tranquilizar», resalta José Manuel de las Heras, coordinador estatal de La Unión de Uniones de Campesinos.

Además de la importante cantidad de uva vendimiada, las fuentes consultadas han puesto el acento en la calidad que se ha obtenido este año, con niveles de grado que oscilan entre los 13 y los 14, y una acidez óptima para poder elaborar vinos acordes con la calidad que viene demostrando la Ribera del Duero. «Los índices de maduración han sido buenos, empezamos con 14 grados de graduación alcohólica, una buena acidez, buscando siempre el equilibrio, y un estado sanitario perfecto», pone como ejemplo Jose Manuel Pérez Ovejas, enólogo de Bodegas Hermanos Pérez Pascuas, que se muestra esperanzado con el resultado de lo que ahora se está trabajando en la sala de fermentación.

El portavoz de Asebor, coincide en que «con los primeros datos estamos comprobando que puede ser una añada muy buena, pero es pronto para valorar la calidad a largo plazo, aunque los primeros parámetros son buenos», siempre con la prudencia propia del sector a estas alturas del año, ya que, como aseguran los enólogos, el vino es un ser vivo.