«El solar del Yagüe es el mejor sitio para un buen centro comercial»

h. jiménez | burgos
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De estreno en el cargo.Al frente de un colectivo que atraviesa su peor momento profesional y que ha vivido tensiones internas, pero Díaz (Madrid, 1951) apuesta por no mirar al pasado e intentar buscar la viabilidad económica del Colegio

«El solar del Yagüe es el mejor sitio para un buen centro comercial» - Foto: Diario de Burgos

 
 
Representaba una línea continuista respecto a su predecesor y defiende la labor de la Junta Directiva saliente. Pero llega con nuevas ideas y un equipo renovado para seguir trabajando «con visión empresarial».
¿Qué se ha encontrado en estos primeros días en el cargo?
Sobre todo mucho acto protocolario. Yo pensé que se trataba más de un trabajo de gestión interna y he visto, sin embargo, que aparte de eso hay también mucho acto de cara al exterior y de representación. Al gremio de los arquitectos se nos tiene en alta consideración y eso me agrada, porque se nos invita a muchos eventos que tienen que ver con la ciudad.
¿Ya ha distribuido las tareas entre los componentes de su nuevo equipo?
Precisamente esta semana hemos tenido una reunión en la que hemos hecho el reparto.
¿Se ha creado algún área nueva entre esas tareas?
De momento estamos pensándolo, recogiendo lo que había en la anterior directiva. El reparto que de momento hemos decidido es la asistencia a distintos órganos en los que participamos. Por ahora mantenemos las áreas de Cultura y Nuevas Tecnologías, que no han cambiado.
En los últimos días de la campaña electoral surgió una fuerte polémica entre los candidatos. ¿Cómo lo vivió usted?
A mi me sorprendió muy desagradablemente. Sabía que el otro candidato, José Luis García-Gallardo, desde siempre en las asambleas protestaba y pedía documentación, pero no esperaba que fuera a entrar de esa forma tan desagradable en insinuaciones públicas en la prensa. Nosotros hemos estado callados porque eso no iba con nosotros, hemos entendido siempre que esas protestas e insidias iban más contra la anterior Junta Directiva, y a lo mejor no entrar al trapo nos ha venido bien. Fue la anterior Junta a la que no le quedó más remedio y el día antes de las elecciones hizo un escrito defendiéndose, porque las insidias y medias verdades eran ya a todos los niveles.
García-Gallardo acusaba de haber favorecido a amigos o familiares en contrataciones hechas por la Junta Directiva.
Sí, a gente del propio estudio. Como si aquí dentro se estuviera para llevárselo crudo. Y es todo lo contrario. Yo estoy aquí perdiendo tiempo de mi estudio, y eso supone perder trabajo y dinero. Aquí estamos por los demás.
¿Pretende entrar a estudiar ese caso o para usted no tiene verosimilitud?
Para mí, y salvo que la cosa siga para adelante y entorpezca la labor de esta Junta Directiva, eso es pasado y ahí ha quedado. 
En esa polémica habrá tenido algo que ver las dificultades económicas que pasa el colegio y lo que ocurrió con su nueva sede.
Exactamente, eso fue el principal problema.
¿Considera solucionada la situación con la venta de prácticamente la mitad del edificio y el alquiler de otros espacios para un Coworking y el Colegio de Economistas?
Eso va a ayudar, pero no normaliza la situación porque es imposible. Tenemos una estructura de personal que se come los ingresos del edificio y hay que dar servicios a los colegiados. Además, la superficie que estamos dando a los Economistas es muy pequeña. Y el Coworking está poco más que empezando, aún tenemos solo dos usuarias. Vamos a ver cómo lo podemos relanzar, porque tiene unos valores añadidos que no tienen otros espacios coworking de la ciudad.
Durante su campaña habló como uno de los objetivos de «intentar identificar oportunidades, visión de negocio y mentalidad empresarial». ¿Qué significa eso?
Hablamos de la gestión global del Colegio. No podemos mantenernos exclusivamente con los ingresos de los visados. Con eso nos moriríamos, porque no hay manera. Hay que buscar otras formas de ingresos porque si no va a haber que pasar derramas a los colegiados, y eso no lo queremos en absoluto. Necesitamos ese punto empresarial.
En su día hicieron un ERE prescindiendo de gente y recortando horario de su personal. ¿Prevén recuperar algo a corto plazo?
Ahora mismo no. Tal y como estamos ahora estamos relativamente bien.
¿Cómo describiría la situación general de su profesión?
Estamos bajo mínimos. Es el peor momento histórico que yo personalmente he vivido, y cualquier compañero vivo estoy seguro de que diría lo mismo.
¿No mejoran los datos, no han tocado ya fondo?
Ni mucho menos. Hace 15 días entró en el Colegio un proyecto básico para 22 viviendas y aquí se celebró como una fiesta. 
¿Cree entonces que irá a peor?
El primer trimestre de este año ha sido el peor que tenemos registrado en nuestros históricos, así que ahora mismo la línea sigue siendo descendente.
¿Qué pueden hacer los nuevos titulados, además de marcharse de España?
Tres cosas fundamentales: la primera, dominar el inglés. La segunda, saber nuevas tecnologías. Y la tercera, la internacionalización. Esto último no quiere decir que uno se tenga que ir, pero sí tener contactos en el exterior para saber cómo se está trabajando en Londres, en Múnich o en Singapur y para que eso suponga una sinergia. Igual ese de Singapur necesita un colaborador aquí, o alguien que hable español... Estamos en un momento de globalización y no hace falta moverse 7.000 kilómetros para trabajar.
¿Sale bien formada ahora la gente de las escuelas?
La semana pasada dimos el visto bueno a cuatro nuevos colegiados, lo cual también fue una fiesta. Y una de ellas en su currículum ponía que habla alemán, inglés, francés y chino. Así que no solo salen bien formados en la profesión sino que se esfuerzan, y mucho, en tener un campo abierto hacia otros lados.
¿El arquitecto español está bien valorado fuera?
Está fenomenalmente valorado. Tenemos estudios de primera clase por todo el mundo.
¿Y el nivel de Burgos, respecto al resto de España, cómo está?
Pues igual es menos reconocido, pero es igualmente alto. En mi equipo directivo, por ejemplo, está Carlos Miranda, el secretario, que forma parte del estudio A3GM, que probablemente es uno de los más premiados en concursos públicos.
¿Recomendaría a sus hijas que estudien arquitectura?
No.
¿Por qué?
Porque uno lo conoce y sabe lo dura que es la carrera, abrirse camino... 
Desde fuera, sin embargo, se sigue viendo como una profesión de alto nivel. 
Bueno, quizás hemos tenido ese estatus pero ahora lamentablemente las cosas han cambiado.
¿Qué espera del nuevo Plan General de Ordenación Urbana que tanto se está retrasando?
Espero mucho, y así me lo están haciendo saber promotores que lo están esperando como agua de mayo para que se apruebe ya de una vez. Ciertamente no son promotores de suelo residencial, porque hoy por hoy está muerto y no hay manera de que nadie espere que se desarrollen suelos para ese uso a corto plazo, pero sí para uso industrial. Hay promotores que tienen pensado desarrollar suelo industrial y tienen sus planes parciales a la espera.
¿Tiene eso sentido, habiendo tanto suelo industrial disponible por ejemplo en Villalonquéjar IV?
Es que ahí hay sobre todo grandes parcelas, pero los promotores lo que quieren más son naves de tipología pequeña y mediana, tipo naves nido. Y el Plan General tiene alguna zona de este tipo por ejemplo en Villafría.
¿Cuál es su edificio preferido de la ciudad?
Eso sí que es difícil. Me pone usted en un aprieto... (se lo piensa). Es un aprieto de verdad. Mire, no sé por qué, pero le tengo especial cariño al edificio del antiguo Gobierno Militar, el de la Plaza del Rey. Tiene una torre que se me asemeja un poco al Campanile de Venecia. Y dentro tiene un gran patio central. Yluego otro edificio que me encanta y me parece muy bien rehabilitado, que es una joyita de la ciudad, es el Palacio de Castilfalé, en la calle Fernán González.
 ¿Qué le parece el Complejo de la Evolución Humana? ¿Es usted pro o anti Juan Navarro?
Soy pro. Lo que pasa es que el Complejo no me gusta mucho por fuera. Pero el Museo, por dentro, me parece uno de los mejores espacios, uno de los más bonitos que he visto nunca en interior. Por fuera, sin embargo, es tal la masa que tiene que se ha cargado la manzana. Cuando voy allí me apabulla el peso que tiene todo el edificio. Y además le falta continuidad en algunos aspectos, por ejemplo la marquesina que no continúa por el CENIEH.
 ¿Cree que a veces la ciudad es poco atrevida con su arquitectura?
Sí, lo creo, y sobre todo creo que hemos sido muy poco atrevidos. Ahora quizá estamos despegando ya un poco.
¿Qué proyecto elegiría, de los que no se han hecho en la ciudad y que le gustaría que se hiciera?
Bueno, tenemos ahí el gran mamotreto del Hospital General Yagüe, es un bicho muerto y hay que hacer algo con él. Félix Escribano ya propuso implantar ahí un centro comercial y creo que sería un sitio estupendo, fenomenal. Bien hecha la intervención, bien planteados los espacios libres y los accesos, me parecería el mejor sitio de la ciudad para un buen centro comercial del que la ciudad ahora mismo carece.
Pero siempre se ha hablado de que ahí debería ir una dotación...
No dejaría de serlo. Una dotación comercial, pero una dotación.
Hay quien insiste en la construcción como solución a la crisis y otros lo ven como la fuente de todos los males económicos. ¿A ustedes les gustaría que se volviera a construir al ritmo de antes?
No, eso no sería bueno. El ‘boom’ de la construcción permitió crecer mucho y a muchos arquitectos nos ha ayudado, pero también ha traído a mucha gente ajena al sector que se ha enriquecido tremendamente. En definitiva, lo que hizo fue inflar la burbuja hasta que explotó.
¿Apuestan por incentivos públicos a la compra de viviendas, como las desgravaciones fiscales?
Aquí voy a hablar de forma personal y no como presidente del Colegio. Mi ideología es absolutamente liberal y yo estoy en contra de toda subvención o ayuda.
¿Y cómo impulsar las rehabilitaciones, una salida para su profesión que usted defendió durante la campaña?
Yo he trabajado varios años en el Área de Rehabilitación del Centro Histórico, y ahí aunque sí que había subvenciones y va en contra de mi anterior respuesta, en ese caso sin las ayudas públicas ni siquiera habría arrancado, porque los propietarios en general eran de la población más humilde de la ciudad, y además envejecida, en La zona alta de San Esteban, Pozo Seco o Fernán González. Ha quedado muy bien y no hay más que darse un paseo para ver que eso no es un parque temático de fachadas sino una mejora real. A ese barrio y a esos vecinos se les ha dado una mejor calidad de vida.
¿Debería hacer el Ayuntamiento un mayor esfuerzo en la promoción de nuevos ARIs?
Sin duda, el problema es que ahora no parece haber fondos disponibles.
¿Cuál es para usted el modelo de ciudad ideal?
Aquel que tiene vida. Huyo de las ciudades del movimiento moderno, tipo Brasilia, con esos edificios fastuosos entre los que los coches pasan a toda velocidad pero donde no ves ni una persona, donde el ser humano ha desaparecido. Para mí la ciudad es el centro de Burgos, no Fuentecillas II, donde hay unas avenidas de metros y metros y donde a lo lejos se ve a un señor y nada más. 
¿Aborrece los edificios altos y todo aquello que amenace la altura de la Catedral o es más permisivo? 
Bueno, por supuesto la Catedral necesita una protección visual. Si hay propuestas alejadas de ellas, con un buen diseño, no mamotretos... El otro día en la reunión del Plan Estratégico vimos que el PGOU nuevo va a proteger mejor visualmente la Catedral, y hablamos de las torres de Herzog & De Meuron. Esos edificios que estaban bien diseñados no eran antagonistas de la Catedral, sino algo que no suponía un demérito del monumento sino un complemento. Hay, sin embargo, otra cosa de la que nadie ha dicho nada y que han surgido ahí, en el Monte de la Abadesa, como los depósitos de CLH. Contra eso ningún organismo ha dicho nada, y eso sí que es un telón de fondo visual de la Catedral, vengas por la carretera que vengas. Esas setas blancas, ahí...
¿Es partidario de crecer a lo ancho o a lo alto?
A lo ancho ya está creciendo porque crecemos a lo largo del río. A lo alto podría seguir creciendo, los rascacielos no me asustan en absoluto, hablando de edificios de 15-20 plantas. Quizás podría crecer más la ciudad hacia el sur, porque en el norte nos hemos vuelto a colocar la barrera del tren. 
¿Qué le parecía la propuesta de los suizos Herzog & De Meuron, el bulevar y la nueva ciudad que ellos ideaban?
Los suizos tienen buenas ideas, y son uno de los cinco mejores equipos de arquitectos del mundo. Su planteamiento no me desagradaba en absoluto, aunque no tanto lo de crear núcleos inconexos. Sí me gustaba más lo que planteaban para la nueva estación de tren, que ahora está en un sitio inhóspito donde te pueden salir lobos o jabalíes. 
Sin cuestionar su calidad arquitectónica, ¿fue realista contratar a este estudio en una ciudad como Burgos, a la vista de que diseñaron algo tan caro que ahora es imposible de ejecutar?
Es que estábamos en esos tiempos del «todo vale». Todas las ciudades se imitaban y querían tener su hito y su arquitecto estrella que les haga su plan, con honorarios libres, ni se sabe cuánto, lo que ellos pedían...
¿Han hecho más daño o más favor a la profesión los arquitectos estrella?
Bueno, yo creo que han hecho más daño que favores a los arquitectos locales. Hay profesionales en Burgos tan capaces o más que los suizos para hacer un trabajo de estos.
¿La Inspección Técnica de Edificios es un parche temporal para su sector o una apuesta de futuro?
Es una necesidad, antes de nada. Hay muchos edificios que están en una situación verdaderamente lamentable, y eso lo he podido comprobar personalmente en edificios en los que he hecho rehabilitaciones. Por encima del certificado de la ITE está la necesidad social de que los habitantes del edificio tengan una calidad de vida mejor
Lo malo es que le estamos pidiendo a la gente un gasto en un momento en el que ya va muy justa. ¿Debería ser la administración más flexible?
Ciertamente es un gasto, pero es que aquí hemos vuelto a llegar tarde, somos la última provincia de Castilla yLeón que ponemos esto adelante, en Valladolid igual llevan 6 o 7 años con ello y allí lo han hecho en los tiempos buenos. 
¿Cómo observa la posible liberalización de la profesión, con la posibilidad por ejemplo de trabajar sin colegiarse?
La colegiación es, sobre todo, una garantía para el cliente promotor, esa es la labor primordial del Colegio, que garantiza el no intrusismo. Cuando un proyecto ha sido visado el cliente tiene la absoluta seguridad de que lo ha firmado un técnico cualificado.
¿Qué le ha supuesto a usted la figura de su padre, también arquitecto?
Mi padre ha influido mucho. Además de las técnicas, me inculcó tres cosas: la honorabilidad por encima de todo, escuchar a todo aquel que tenga algo que decir antes de hablar y que el capitán es quien tiene que dar el último golpe de timón. Pero gracias a mi padre yo he sido un niño de las obras, iba con él desde pequeñajo.
 Ha trabajado en edificación residencial, dotacional, en rehabilitación e incluso en planificación. ¿En qué campo de esos se encuentra más cómodo?
Me gusta mucho la rehabilitación y restauración. En el estudio hemos hecho 8 o 10 obras en iglesias de la provincia, en dos castillos... Ese trabajo que es de arqueología de la arquitectura es muy bonito, muy interesante. Porque no es tanto de gabinete de estudio como de estar allí encima de la obra, resolviendo en cada momento lo que hay que hacer. Y disfruté mucho también con un trabajo en el que había un programa cerrado pero no un presupuesto fijo. El cliente sabía lo que quería pero no tenía idea de cuánto costaría la obra. Y fue como ver nacer y crecer a un niño. Fue uno de mis primeros trabajos, el centro de documentación de Cajacírculo.