Apenas 25 jóvenes optan cada año por cursar Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, estudios que les permiten la mejor capacitación técnica y profesional para acceder a unos sectores clave, entre otros factores, para la lucha contra la despoblación y la creación de empresas en el medio rural. En el curso que ahora termina no hay alumnos suficientes para cubrir toda a la demanda de prácticas.