El Club Ciudad Deportiva -de gimnasia artística- ha denunciado ante el juzgado a dos entrenadores del Club Gimnasia Burgos -de la misma disciplina- que supuestamente sabotearon un aparato (un minitramp) cuyo uso pudo causar lesiones a integrantes de la Deportiva. La representación legal de esta entidad considera que estos hechos son constitutivos de un delito de lesiones en grado de tentativa, si bien el juez, que ha admitido la demanda, ha establecido que se tramiten diligencias como falta.

Los hechos se produjeron el pasado 24 de enero. El técnico del Club Ciudad Deportiva José Luis Sánchez Santamaría, el denunciante, recibió un whatsapp procedente de un trabajador vinculado al otro club. El mensaje le alertaba de que se habían desprovisto de los elementos de seguridad o anclajes a un minitramp ubicado en el polideportivo San Pedro y San Felices, que ambas entidades comparten. Ese mismo día el Ciudad Deportiva tenía que entrenar de 16 a 19 horas. El aparato tenía tres botones o sujeciones desactivadas, según la denuncia, pero visualmente no se advertía, lo que constituía un riesgo para los gimnastas.

En los mensajes, el técnico del  Club Gimnasia Burgos escribe que no le parece normal que el entrenador denunciado, Sergio Alonso Andreu, «haya hecho y dicho una serie de cosas». Aconseja al representante del Ciudad Deportiva que «antes de usar el minitramp pongan bien los anclajes, porque los ha desmontado para que al saltar podáis lesionaros» y añade que «alardea» de ello en el grupo de whatsapp. Asimismo, le recomienda que dejen todo como está cuando acaben el entrenamiento y que fotografíen todo porque «a este chaval (por el denunciado) se le va la pinza».

Gracias a la advertencia, informan al juez, «se pudo impedir que se produjera una desgracia que pudo tenido nefastas consecuencias». El denunciante comprobó después que los anclajes estaban mal colocados. Probó a ver lo que sucedía si saltaba una gimnasta y observó que «el trampolín cedió». Acto seguido le comunicó al conserje del polideportivo que ese aparato no podía utilizarse.

De otra de las conversaciones por whatsapp se deduce que el 27 de enero un niño del propio Club Ciudad Gimnasia Burgos se cayó del minitramp en la «trampa» del denunciado.

La denuncia no atañe solo al entrenador sino también a una entrenadora, Mónica Antolín Monedero, que presuntamente «conocía los hechos y no hizo nada, sino que los consintió». Ha sido suspendida cautelarmente de sus cargos -vicepresidenta y presidenta del comité de trampolín- de la Federación de Gimnasia de Castilla y León, pero no como trabajadora de la misma. El comité de disciplina de la Federación Nacional estudia el caso. Su presidente, Jesús Carballo, iba a mantener esta semana una reunión en Burgos, pero la ha pospuesto porque le ha surgido «un tema urgente»

 Advierte la denuncia que no es la primera vez que se produce un suceso «anómalo». Hace un año fue desmontado un sistema de seguridad de una cama elástica, si bien en este caso el Club Ciudad Deportiva admite de que no tiene pruebas de la autoría.

Este club envió la semana pasada una carta al alcalde en la que solicitaban al Ayuntamiento que «personas competentes revisaran los sistemas de seguridad de los aparatos deportivos» que iban a ser utilizados el domingo en el Campeonato Escolar de Trampolín. Al no tener constancia de que ningún técnico hubiera realizado la inspección, el Club Ciudad Deportiva decidió no participar en el evento. Incluso llamaron a la Policía Local para informar de lo sucedido.

Reacción

Mónica Antolín asegura que todo el interés del Club Ciudad Deportiva es perjudicarla personalmente y a su «intachable trayectoria deportiva», así como al Club Gimnasia Burgos.

«Manifiesto que los responsables del GAF Deportiva Militar de Burgos me tienen envidia y no han podido superar los  éxitos que he logrado en toda mi carrera», afirmaba y agregaba que el día de los hechos estaba en Madrid en una reunión con Federación. El asunto está en manos de sus abogados.

En una nota del Club Gimnasia Burgos afirman que «los hechos acaecidos solo pueden explicarse desde la envidia e inquina que los responsables del GAF Deportiva militar de Burgos tienen» sobre su club,  «como han demostrado en los últimos años».