Llaman al timbre de la puerta -o al interfono- y el teléfono vibra mientras en la pantalla aparece un mensaje de texto. El usuario de la casa, con discapacidad auditiva, recibe el aviso en su smartphone o en el ordenador personal y a partir de ahí decide actuar como mejor le parezca. AdaptaHome, la herramienta creada por tres jóvenes vinculados a la Universidad de Burgos, permite que las señales acústicas del hogar se traduzcan en avisos visuales y táctiles que llegan a algo tan cotidiano como un teléfono móvil.

El proyecto diseñado por Juan Carlos Romanillos, ingeniero industrial; Rodrigo Palacios, aparejador, y Mario Martínez, ingeniero informático, echa a andar con la aplicación para el timbre de la puerta, pero la idea es abarcar otros muchos ámbitos de la domótica relacionada con las necesidades de las  personas con discapacidad.

En este caso la idea está pensada para que usuarios con discapacidad auditiva puedan desenvolverse con mayor autonomía e independencia dentro de su casa. «Es un primer prototipo, pero la aplicación tiene otras muchas capacidades. Se puede ampliar, por ejemplo, a las señales acústicas de cualquier electrodoméstico. Que la aplicación mande el aviso cuando finalice la lavadora o cuando la comida del horno está lista», apuntan los jóvenes universitarios.

Barato y competitivo

Una de las ventajas del primer prototipo de AdaptaHome es el coste que puede suponer para el usuario. La herramienta apenas necesita instalación, tan solo colocar un pequeño dispositivo en el timbre de la puerta y descargarse la aplicación para el móvil.

Los sistemas que existen en el mercado para avisar con luces de las señales acústicas en los hogares de personas con discapacidad auditiva requiere una centralita, que puede costar en torno a los 115 euros, y un receptor para cada habitación, lo que supone otros 60 euros por aparato. Si la casa consta de tres habitaciones, salón, cocina y baño estamos hablando de cerca de 500 euros.

La ventaja competitiva de AdaptaHome es evidente y por eso los jóvenes emprendedores se han puesto en contacto con la empresa GAES, dedicada a las soluciones auditivas, y han iniciado conversaciones para su distribución y comercialización.

El desarrollo del producto desde su fase embrionaria ha contado con el asesoramiento y la colaboración de Aransbur, la Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos.