La obra que evitó un desastre

A.P. / Burgos
-

En cuanto el párroco observó el tejado, supo que había que tomar medidas para evitar una desgracia mayor

Citores del Páramo es una pedanía perteneciente al Ayuntamiento de su vecino Sasamón, que se encuentra en la comarca del Odra-Pisuerga. La iglesia de Citores se erige en honor a San Millán de la Cogolla, patrón de la pedanía, y es dependiente de la parroquia de Yudego, también perteneciente a Sasamón. La Iglesia de San Millán es un edificio señero ubicado en el centro de la localidad. Data del siglo XVI, de piedra de sillería, con torre de 22 metros de altura. 
Ahora la iglesia, el párroco y los fieles respiran tranquilos pero este verano no ha sido así. Agustín Heras Alarcia, párroco de Citores, además de ser el cura de muchos otros pueblos, llegaba a la localidad por la carretera el día de San Juan, 24 de junio, cuando se percató que había algo raro en el tejado, «en seguida me dio mala espina. En cuanto acabé la misa subí a ver qué pasaba, al encarar las escaleras del coro la gente me empezó a comentar que había problemas en el tejado. Lo único que lamento es no haberme enterado antes», explica.
El problema con el que se encontró Agustín Heras eran unas vigas destrozadas, seguramente en algún momento habría habido goteras y esto debilitó las vigas que se habían apolillado o podrido, por lo que acabaron rompiéndose. «Desde dentro de la iglesia», explica Heras, «no se apreciaba ninguna humedad ni gotera en el techo del templo porque durante el verano no ha llovido». El problema no llegó a más porque en seguida se pusieron a trabajar en el proyecto para arreglar estas maderas que, de haberse prolongado la situación, podrían haber caído y dañado el techo. 
Actualmente, las vigas de la Iglesia de San Millán lucen robustas, tras unos trabajos no demasiado costosos ni aparatosos que han durado menos de lo que tardó el Altísimo en realizar su obra. Las vigas se encontraban en la caída de aguas de la parte del ábside, que da al lado oeste, justo encima del retablo y del altar mayor. El presupuesto destinado ha sido de 6.000 euros, como confirma Heras, quien confiesa que todavía no se ha pagado pero que no habrá problemas en hacerlo. Ya se ha puesto en contacto con el alcalde pedáneo, la Diputación y el arzobispado y confía en que sus gestiones obtengan buenos frutos.