El claustro de Palamós es una obra original y de «máxima importancia»

diariodeburgos.es
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Los técnicos constatan que es una construcción auténtica del siglo XII. Su dictamen se conocerá en unos días. Gumiel de Izán, de cuyo monasterio pudieron salir los restos, revisará sus archivos para arrojar luz a este misterio

Los dueños de la mansión, la familia alemana Engelhorn, abrieron por primera vez las puertas a los medios de comunicación. - Foto: REUTERS

Los medios de comunicación y algunos estudiosos del arte románico pudieron visitar este viernes el claustro románico de la finca del Mas del Vent de Palamós. Lo hicieron un día después de que tres técnicos de la Generalitat de Cataluña accedieran a la mansión donde se encuentra la pieza arquitectónica y concluyeran que ni es reciente ni es una imitación. Una conclusión a la que también llegaron ayer, tras la visita, el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Girona, Gerardo Boto, que descubrió el claustro a través de una revista francesa de decoración, y el presidente de la Fundación Santa María la Real, José María Pérez, Peridis.

Boto señaló que es una construcción auténtica del siglo XII y Peridis añadió que se trata de «una obra original y de máxima importancia». Y aunque Boto prefiere dejar el veredicto final en manos del arquitecto y los dos arqueólogos enviados por la Dirección General de Patrimonio Cultural, admitió, sin embargo, que para él la antigüedad de la pieza no admite dudas. El desgaste de la piedra y, sobre todo, un emblema heráldico en forma de castillo y que representa la corona de Castilla, es una de las claves, a su juicio, del origen del claustro.

Un origen que algunos expertos en románico, tal y como publicó este periódico, sitúan en el monasterio de San Pedro de Gumiel de Izán, cenobio que perteneció a Silos antes de pasar a manos del Císter. Tras analizar las imágenes que los medios de comunicación difundieron ayer del claustro románico, el historiador y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Félix Palomero, reiteró que hay capiteles prácticamente iguales a los de Silos, lo que refuerza la idea de que pueda tratarse del claustro de San Pedro de Gumiel de Izán. «Ese monasterio se desmontó piedra a piedra; de hecho, solo queda la tapia. Es posible que el claustro se intentara vender a algún norteamericano pero la operación no cuajó y se quedó en Madrid», aventura Palomero.

Lo que sí parece claro es que el claustro de Palamós fue comprado en 1931 por el anticuario Ignacio Martínez, sin que hasta el momento hayan trascendido datos de su procedencia. Fue montado en un solar del distrito de Ciudad Lineal, propiedad de una marquesa amiga de Martínez. El anticuario encarga al restaurador Julián Ortiz que vele por la protección y el cuidado del claustro. En 1936, tras cinco años de montaje, se pone a la venta por cinco millones de pesetas de la época. El alemán Hans Engelhorn, antepasado del actual propietario de la mansión de Palamós, adquiere la obra por un millón de pesetas. Fue reconstruido piedra a piedra por especialistas en la materia. El profesor Boto está convencido de que procede de Castilla y que entronca con la construcción del monasterio de Silos. La Generalitat ha contactado con la Junta para tratar de fijar el lugar de procedencia.

Todo esto ha llevado al Ayuntamiento de Gumiel de Izán a revisar sus archivos municipales para tratar de averiguar cuándo y a quién se vendió el monasterio de San Pedro. «Si los técnicos verifican que se trata del claustro de Gumiel realizaremos las gestiones necesarias para determinar si fue una venta, una donación o robo», apuntó el alcalde de la localidad, Jesús Briones.