Sugieren peatonalizar las calles Santander y Grandmontagne

C.M.
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El Plan de Movilidad Urbana Sostenible incluye otras 40. El 52% de los desplazamientos en la ciudad se hacen a pie. Siete de cada diez son entre Gamonal, Capiscol y el G-9

Sugieren peatonalizar las calles Santander y Grandmontagne - Foto: Patricia González

El 52% de los desplazamientos que se realizan en la ciudad se hacen a pie en lugar de en vehículo privado, transporte público o bicicleta. De ellos, el 44% son por motivos de diversión y el 33% como fórmula habitual para ir al trabajo o de compras. Como curiosidad, siete de cada diez se hacen entre Gamonal, Capiscol y el G-9 casi siempre para hacer la compra o por ocio.

Aunque Burgos sea una ciudad cómoda para ir andando, -solo el centro cuenta con 320.000 metros cuadrados vetados a los coches-, todavía que da mucho por hacer a sigue siendo por ir todavía más allá para que el peatón cobre cada vez más protagonismo.

El Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) considera que la ciudad necesita un plan de movilidad peatonal y accesibilidad «coherente» y propone peatonalizar más de 40 calles no solo emplazadas en el centro sino en otras zonas de la ciudad. Se señalan Hortelanos, Juan Albarellos, Alonso de Cartagena, Conde Don Sancho, Abad Maluenda o La Camposa (Los Vadillos), plaza San Bruno, Francisco Grandmontagne, Travesía de Las Escuelas y Poeta Martín Garrido (Gamonal), Caja de Ahorros Municipal, el final de El Crucero, Colonia o Santa Dorotea (San Julián) o Espinosa de los Monteros, Arco del Amparo, Medina de Pomar y Castrojeriz (Las Huelgas).

Otras actuaciones planteadas son crear un viario de circulación peatonal en el entorno del colegio Virgen de la Rosa con la salida a la avenida de Cantabria, favoreciendo así la permeabilidad hacia la calle Soria, o hacer secciones interiores en las traseras de los edificios de las calles José María de la Puente, Sagrada Familia o Federico Olmeda, donde hay centros de salud y residencias de ancianos.

paso solo de autobuses. El PMUS sugiere cortar al tráfico rodado la calle Santander en el tramo entre la plaza de Santo Domingo de Guzmán y la calle San Juan permitiendo únicamente el paso de autobuses y residentes. También se limitaría la velocidad a 30 kilómetros a la hora al formar parte de la red de ciclocalles.

Esta medida obligaría a distribuir el tráfico a través de las avenidas de Reyes Católicos y la Paz, al tiempo que se propone la habilitación del giro a la derecha en la confluencia de la calle Vitoria con Álvar García, que pasaría a ser de subida. La continuación de esa calle desde el monumento a Antonio José y calle Calzadas pasaría a invertir su sentido.

Uno de los dos carriles de la calle Morco, que actualmente son de sentido bajada uno con giro a izquierda y otro a la derecha, pasaría a ser de subida. De esta manera el movimiento de bajada se completaría con el de subida, que enlazaría con la avenida de la Paz pudiendo continuar hasta plaza de España y enlazar con la avenida de la Paz, explican en el PMUS.

Cabe recordar que el alcalde semipeatonalizó esta vía durante los fines de semanas y festivos pero la medida tuvo que ser suspendida por la poca acogida y el riesgo que existía para los peatones.

Los autores del documento han detectado que en Burgos no existe una red de itinerarios peatonales en la que el viandante sea el protagonista y tenga prioridad sino más bien «un conjunto de espacios peatonales más o menos conectados entre sí pero sin vocación de red».

Según el estudio realizado, los lugares que más les gustan a los ciudadanos para pasear son San Esteban, Fernán González, Fuentes Blancas, el río Arlanzón o el parque del Castillo.

red de itinerarios. Por ello, proponen la creación progresiva de una red de itinerarios peatonales preferentes que no están relacionados con la peatonalización (y por tanto cierre al tráfico motorizado) sino con el acondicionamiento de viarios elegidos para que su dimensión peatonal sea la adecuada. Es decir, que garanticen la proximidad minimizando las distancias a los usos más comunes, recorridos continuos sin obstáculos, aceras con secciones adecuadas, permeabilidad peatonal o buena señalización.

La idea es que sean fácilmente reconocibles por los peatones y permitan «un desplazamiento seguro y agradable por la ciudad» y accesibles. También favorecerían a residentes y a comerciantes.

El PMUS dedica un apartado importante a la iniciativa ‘camino escolar seguro’ que pretende promover y facilitar que los más pequeños acudan andando al colegio. Sin embargo, antes de su puesta en marcha es necesario hacer un diagnóstico de la situación en la que se encuentra los entorno de los centros educativos para detectar sus deficiencias y proponer los itinerarios más seguros.

Posteriormente sería necesario contactar con los equipos directivos de los centros, las AMPAS y los alumnos para explicarles los itinerarios propuestos. Todos ello debería llevar aparejada una mejora de la señalización para que sea más fácil identificar los itinerarios.

No se olvida el Plan de Movilidad de los vecinos que residen en la parte alta de la ciudad, es decir la más próxima a las faldas del Castillo con grandes desniveles que tienen su incidencia en la accesibilidad peatonal. Se plantea la instalación de ascensores y escaleras y rampas metálicas.