Que un servicio público sea deficitario no es raro, y mucho menos si es uno dedicado a las emergencias, donde se salvan vidas, los medios son muchos y muy costosos, y su existencia es incuestionable. Un ejemplo es el Servicios de Extinción de Incendios y Salvamento de Miranda, que como se ha podido ver estos días con las nevadas y las crecidas de los ríos no solo actúa en materia de fuego, sino que tiene muchas otras intervenciones de auxilio ciudadano.
De hecho son una media de dos intervenciones diarias, tanto en la ciudad como fuera de ella, ya que actúan igualmente en emergencias de otros municipios del entorno que no cuentan con parque de Bomberos o, si lo tienen, no es profesional como el mirandés y no opera 24 horas al día ni tiene los medios personales y materiales con los que cuenta en del la ciudad.
Y ello tiene un coste, exactamente 2.010.153 euros para el presente año, gasto que sale de forma casi íntegra de los recursos municipales. No obstante, el Ayuntamiento está logrando poco a poco que el gasto se vea compensado al menos en parte, buscando una mejor gestión del recurso público y, en especial, que su trabajo sea fundamentalmente para emergencias.
Para ello se lleva aplicando desde hace algo más de dos años una nueva ordenanza fiscal que regula la tasa por la prestación del servicio del Parque de Bomberos. Con ella se cobran las salidas a intervenciones que quedan fuera del servicio de emergencias propio de los bomberos, ya que la inmensa mayoría de los casos no comportan tasa a cobrar de los usuarios por ser un servicio público universal.
Pero hay caso en los que se reclama a los Bomberos para intervenir y que suponen la prestación de un servicio extraordinario a su deber público. Y los ejemplos son claros, como la apertura de puertas o entrada por ventanas ante el olvido de las llaves en el interior de la vivienda, la limpieza viaria por averías, saneamientos de fachadas por una conservación deficiente, retenes preventivos en iniciativas privadas (por ejemplo en conciertos), intervenciones en accidentes en los que los implicados estén asegurados...
89 recibos
Con este procedimiento aplicado desde hace poco más de dos años se logra unos ingresos se unos 40.000 euros anuales (en 2014 fueron exactamente 42.053 euros), habiéndose girado un total de 89 recibos del cobro de la tasa, que sobre un total de 680 intervenciones supone que solo el 13% de las intervenciones que se realizan están sujetas a cobro.
No obstante el Consistorio logra al año recuperar unos 257.000 euros del gasto total del Parque de Bomberos, y es que además de la aportación que se logra con la tasa, mantiene sendos convenios de colaboración con las diputaciones de Burgos y Álava para la asistencia de emergencias en sus municipios.
De esta manera, la institución provincial burgalesa reporta al servicios 130.000 euros para este ejercicio, mientras que la de Álava, hará una entrega de 85.000 euros, bajando en algo la del año anterior ya que ha ampliado su propia red de parques de Bomberos. No obstante, este año habrá una novedad, ya que la colaboración entre la Diputación de Burgos y el Ayuntamiento va a permitir que la entidad provincial entregue al Consistorio un vehículo. Se trata de un coche tipo todoterreno que servirá para el personal de mando en las intervenciones, que es el que primero sale de avanzadilla a los equipos de emergencia para valorar y organizar el dispositivo. Un vehículo que además estará equipado con un sistema que permitirá ‘calzarle’ una pala quitanieves.
Un mejor uso
Desde el Consistorio explican que gracias a estos dos convenios y a la tasa se logra resarcir en algo el importante gasto de mantenimiento del servicio, que cuanta con 36 profesionales y una dotación de 10 vehículos. «Sí se vio que había intervenciones que no eran de salvamento y socorro de personas y que el municipio acarreaba con los gastos, cuando no tenía por qué asumirlo», explica Joaquín Muñoz, concejal de Seguridad Ciudadana.
Y aclara que toda emergencia, salvamento, socorro o extinción de incendio se hace sin coste alguno, pero que sí se gira la tasa cuando no lo es o puede hacerse por otros medios. «Por ejemplo han bajado mucho las llamadas por olvido de llaves, y se hacen sin coste cuando hay un riego, por haber un menor dentro por ejemplo, pero para abrir puertas en condiciones normales están los cerrajeros», relata a modo explicativo. Con ello, asegura, «se permite que los recursos de emergencias como son los Bomberos se usen para emergencias».