Bajan un 35% las multas del radar fijo

I.E.
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Suben un 17% las del móvil. Las cabinas han denunciado menos por las obras en avenida Cajacírculo y porque los aparatos han estado más averiados

Bajan un 35% las multas del radar fijo - Foto: Alberto Rodrigo

Los radares fijos fueron generosos el pasado año con burgaleses y foráneos. No es que la Policía Local elevara el límite de velocidad al que salta la fotografía -situado en 61 por hora en la ciudad-, es que los aparatos funcionaron menos tiempo que en el ejercicio anterior. ¿Por qué? Por dos razones. La primera, que la cabina de la avenida de Caja Círculo (carretera del cementerio) estuvo inutilizada durante varios meses como consecuencia de las obras que se acometieron en el vial para dotarlo de mediana. Y esa es la ubicación donde más denuncias ponen los cinemómetros municipales. El segundo motivo es que los dos dispositivos del Ayuntamiento estuvieron en el dique seco durante semanas a la espera de que el Centro Español de Metrología (CEM) los calibrara para emitir un certificado favorable sobre su funcionamiento. El caso es que el número de multas cayó en 2018 un 35%, de las 3.185 de 2017 a las 2.040 de la pasada anualidad.

Existe otra explicación sobre este notable descenso. Desde la Policía Local advierten de que el Consistorio dispone de un sistema de «comunicación de sanciones» al ciudadano del que «no pueden presumir otras capitales de provincia».  De tal modo que los burgaleses saben que no se libran de pagar, una certeza que se ve reflejada en que «una mayoría opta por abonar el importe de la sanción en la vía voluntaria». Ello hace que los vecinos de la ciudad tengan más cuidado a la hora de circular y de no pisar demasiado fuerte el acelerador.

También sucede otra cosa, que los burgaleses deben conocer a la perfección dónde se encuentran las cabinas que cobijan los radares, pues llevan años en las mismas ubicaciones. En Burgos hay seis cajas en las que se turnan dos cinemómetros fijos. Están situadas en la avenida de Cajacírculo, en la avenida del Arlanzón (frente al Plantío), en Esteban Sáez Alvarado (Coprasa), Camino Casa la Vega, y en la calle San Bárbara (una cabina en cada sentido). De forma que solo los más despistados o desinformados de los burgaleses caen en ellos. A los forasteros seguro que les sorprende más.

Las multas del radar móvil -en 2018 han funcionado dos distintos, el que iba incorporado en un coche y después el portátil que lo ha sustituido- se incrementaron el pasado ejercicio un 17% respecto a 2017. Si hace dos años se registraron 830 denuncias, el pasado se contabilizaron 975, de las cuales 658 corresponden al antiguo y 317 al nuevo.

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