Los impulsores del Centro Internacional de la Vidriera Española ya han encontrado la ubicación ideal para este espacio de investigación y divulgación. Sería en el edificio de ladrillo situado al lado de LaEstación, propiedad del Consorcio del Ferrocarril, con quien habría que negociar. El solar ronda los tres millones de euros, a lo que habría que sumar otros tres millones para la construcción y equipamiento del inmueble. En total, hacer realidad esta idea precisará de seis millones.
El proyecto contempla respetar la fachada de ladrillo, que cuenta con protección, y distribuir sus espacios en dos plantas y un total de 2.188 metros cuadrados. Las exposiciones permanente y temporal, que contarán siempre con piezas originales, se ubicarán en el piso superior. También el espacio para conferencias. El acceso será por el Bulevar en el extremo más alejado del edificio de la antigua estación de tren.
En la planta baja se emplazarán las salas del centro de investigación, la zona polivalente dedicada a talleres, seminarios y actividades infantiles, una biblioteca especializada en torno a un patio y el almacén. Además habrá otras estancias, en la cabecera del edificio, dedicadas a la administración y gestión del centro.
Esta iniciativa sería pionera en la península Ibérica y cuenta con el respaldo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del Instituto de Historia, el de Cerámica y Vidrio y el de Ciencia de Materiales de Aragón, la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, la Sociedad Europea de Cerámica, la Universidad de Burgos y el laboratorio HERCULES de la Universidad de Évora (Portugal).
Solo localidades como París, Colonia (Alemania) o York y Lincoln (Inglaterra) cuentan con talleres vidrieros permanentes. La creación del centro burgalés, que compite por ser el primero en la Península y que también está en la agenda de otras ciudades, aportaría un nuevo atractivo turístico y redondearía la efeméride en torno a la Seo. El proyecto, impulsado por la investigadora de la UBU Pilar Alonso, encaja con la filosofía del VIII Centenario de la Catedral e incluso con la línea promovida por el Ayuntamiento con el nuevo espacio dedicado a las vidrieras construido en Citur.
Una de los primeros trabajos que podrían surgir de este centro es el de la restauración de las vidrieras de la Seo y la recuperación de aquellas que se perdieron tras la voladura del Castillo en la Guerra de la Independencia. Para ello será crucial anticiparse a otras ciudades que también sopesan crear un taller de similares características porque la cantidad de vidrieras «es limitada», según señaló Alonso.
De momento, la propuesta ya la conocen todos los grupos políticos y se trata de un proyecto «armado, posible e ilusionante», según el vicepresidente de la Fundación VIII Centenario de la Catedral, Antonio Méndez Pozo. «Es perfectamente viable desde el punto de vista científico e investigador», subrayó María Ángeles Villegas, presidenta de la sección de Arte, Arqueometría y Patrimonio de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio e investigadora del CSIC.