El tortazo que una joven palestina le propinó a un soldado israelí se convirtió el año pasado en todo un símbolo de las protestas contra la ocupación hebrea, después de que la madre de la adolescente difundiese el vídeo con esa imagen y éste se viralizase. Ayer, Ahed Tamimi, esa chica cuyo acto recorrió el mundo, salió de la cárcel tras pasar casi ocho meses encerrada por dicha acción. Y lo hizo convirtiéndose en el nuevo icono de la resistencia contra los judíos. 

Tras abandonar la prisión junto a su madre -que también ha estado entre rejas más de siete meses por la misma causa-, la chica, de 17 años, aseguró que continuará su lucha contra la «ocupación israelí».  

A su regreso a su ciudad natal, Nabi Saleh, ambas fueron recibidas con gran entusiasmo por sus familiares y amigos. Después, se dirigieron a la tumba del líder palestino Yasir Arafat, en Ramala. «Si dios quiere, pronto serán puestos en libertad todos los presos (palestinos)», manifestó Tamimi.  

«Mi mensaje es que la lucha va a continuar, especialmente nuestra lucha para conseguir derechos iguales», señaló la adolescente, que criticó la llamada ley de nacionalidad aprobada recientemente por el Parlamento de Tel Aviv, que consagra el carácter judío del Estado de Israel. La joven tildó la norma de «racista» y como «una forma de apartheid». 

Asimismo, dio las gracias a su madre. «Su capacidad de mantenerse fuerte me ayudó a seguir. La cárcel fue dura y humillante, pero fuimos capaces de convertirla en un aula», indicó, al tiempo que manifestó su deseo de estudiar en el futuro Derecho.