El Boletín Oficial del Estado publica en su edición de hoy los Presupuestos Generales de 2018, aprobados la pasada semana, en los que, entre otras medidas, se contempla que el Impuesto del Valor Añadido (IVA) para las entradas de cine baje desde el 21 al 10 por ciento, poniendo fin a una subida de 12 puntos porcentuales que se aplicó a partir de septiembre de 2012. La reducción llegará a las salas de cine de la ciudad a partir del viernes, dado que algunas permanecen cerradas con motivo de las fiestas patronales, y supondrá rebajas en las entradas de hasta 70 céntimos.

Hay cines, como el caso de los Van Golem, que no solo aplicarán el porcentaje al que les obliga la nueva ley tributaria sino que aprovecharán el momento para bajar un poco más los precios y atraer a nuevos clientes a sus salas. En el caso de la compañía citada, que cuenta con seis salas en la avenida del Arlanzón, la cuantía de las rebajas dependerá del tipo de entrada, siendo la más importante la de los 70 céntimos de un pase para los sábados, domingos y días festivos, que cambia de los 7,90 euros actuales a los 7,20.  

A partir de este viernes, la entrada normal para ver una película se pagará a 7,30 euros (60 céntimos menos). La rebaja del día del espectador será de 40 céntimos (pasa a ser de 4,10 euros), la de los miércoles de cine se reduce en 30 céntimos (3,70) y la sesión de la noche del domingo se pagará a 4,60 euros, 40 céntimos menos que lo que costaba en los últimos meses.

El cambio del IVA, coinciden desde el sector, se produce en un momento puntual en la capital por la escasa afluencia al cine por la abundante oferta de ocio de las fiestas patronales en las que estamos inmersos. No obstante, terminadas éstas se pondrá en marcha, en el caso de Van Golem, la campaña ‘Baja el IVAy bajamos los precios’.  

El sector recibe con «satisfacción» la aprobación de las cuentas públicas de 2018 y celebra «la vuelta a la normalidad» del IVA aplicado a las salas de cine, tras «más de cinco años» en los que, según señalan los exhibidores, los cines han hecho «un esfuerzo notable» para que los espectadores no se vieran afectados.

En el caso de Burgos, recuerdan, el descenso de espectadores se produjo en los meses siguientes a la aplicación de la subida del IVA, quizá por el impacto mediático de una medida aplicada en plena crisis y que a la postre suponía unos céntimos de más que el buen aficionado se resignaba a pagar. Prueba de ello, dicen, es que la respuesta de los espectadores burgaleses ha seguido siendo muy positiva ante la exhibición de una buena película. «Si hay buen cine, las salas se siguen llenando», resumen.

De hecho, el número de espectadores y la recaudación se han ido recuperando lentamente en los últimos meses con el IVAal 21%. Esta oferta cultural, como muchas otras, convive en dura competencia con los nuevos usos y hábitos propiciados por las nuevas tecnologías de la comunicación. Eso ha tenido más impacto en el sector que la fiscalidad que soporta.

En Burgos hay operativas 19 salas de exhibición, 13 de ellas en la capital, 5 en Aranda y 1 en Miranda.