El Racing Lermeño volvió a perder. Esta vez fue contra uno de los equipos ‘gallitos’ del Grupo VIII de Tercera División, el Real Ávila. 

En el equipo encarnado eran conscientes de la importancia de sumar los tres puntos en juego en el municipal del Arlanza y mantenerse entre los cuatro primeros clasificados, y lograron su objetivo. El Lermeño, por su parte, venía de ganar su primer partido del año la jornada pasada ante La Virgen del Camino y quería sumar otra victoria para mantener vivas sus escasas opciones de salvación, pero un gol de Cabezudo en la prolongación del primer acto echó por tierra el trabajo defensivo de los locales. 

Los primeros compases del encuentro transcurrieron con un Lermeño muy motivado y con ganas de agradar. No había pasado un minuto cuando Andrés derribó a Chicho en las inmediaciones del área grande y el lanzamiento de la posterior falta a cargo de Emi no fue gol por muy poco.

La réplica la puso Iván Cabezudo en el minuto 3, tras una internada por banda izquierda en la que acabó disparando a puerta y encontrándose con el meta Luis, que despejó el balón. Otro de los jugadores más activos en los abulenses fue Emilio, que probó fortuna en el minuto 10 pero su lanzamiento salió desviado.

 El Lermeño intentó hacer daño por las bandas, ya que por el centro les costaba demasiado, dada la contundencia de los centrales encarnados. En varias ocasiones, Bombas desbordó a su par, pero sus centros no encontraban rematador. Sin embargo, una jugada suya acabó con el esférico en el fondo de la mallas, pero el gol fue anulado por el colegiado, que invalidó la jugada al entender que el futbolista local había cometido falta sobre su rival. 

El hecho desató el enfado entre la parroquia lermeña, que recibió un nuevo varapalo al borde del descanso. En la prolongación de la primera mitad, Emilio realizó una gran jugada por la banda izquierda, cedió el esférico a Cabezudo y este, desde el semicírculo del área grande, enganchó un lanzamiento que supuso el primer tanto del partido. El gol fue un golpe duro para el equipo local, que hasta entonces había hecho un partido muy serio.

 

Nervios. El Lermeño comenzó la segunda parte más atenazado por los nervios y con ansias por llegar a la meta rival, mientras que el Ávila tenía el partido controlado, más aún cuando Pito se hizo con el esférico tras una mala salida de balón de los locales, se internó por la banda izquierda y cedió al centro a Cabezudo, que no perdonó e hizo el 0-2 definitivo. 

Trujillo y Cabrera pudieron aumentar el marcador en los minutos posteriores, pero sus lanzamientos se fueron altos. Tampoco Chicho ni Saúl pudieron acortar diferencias en la recta final y así concluyó el partido.