Cuando el reloj marcó la medianoche y la cuenta atrás que ha presidido el balcón del ayuntamiento durante los últimos meses dio paso al mensaje de «por fin, autovía Miranda-Burgos» muchos tuvieron casi que pellizcarse para darse cuenta de que lo que tantas veces habían soñado se convertía en realidad. Atrás quedan casi dos décadas de lucha iniciada por los vecinos del barrio de Las Matillas, una causa que pronto fue abrazada por toda la ciudad, deseando que llegara el momento en el que las barreras se levantarán definitivamente.
Aunque la fiesta de celebración congregó a poco más de un centenar de personas, la liberalización de la autopista ha sido la victoria de la movilización popular, de años en los que Miranda ha sido un clamor en contra de las prórrogas que hacían perdurar a la concesionaria. «Si la gente no hubiera salido a la calle, poco o nada se hubiese movido en los despachos» enfatizaba el comunicado que se leyó entre los conciertos que pusieron música a una noche fría, en la que el caldo que se repartió también tuvo su protagonismo.
En la Plaza de España estaba una representación de caras vinculadas a la Comisión N-I pero también vecinos que escuchaban el comunicado en el que se resaltaba que con esta victoria «nadie quiera ahora sacar réditos políticos y partidistas porque es el pueblo de Miranda el que se debe colgar esta medalla».
Por este motivo, se invitaba a los «miles de héroes anónimos» que han mantenido viva la reivindicación durante todo este tiempo, porque después de mucho sacrificio por fin se ha acabado el peaje «y la estafa millonaria en la que se había convertido la AP-1 cuya concesión han ido prorrogando los sucesivos gobiernos de PP y PSOE a costa de la sangre y el dinero de los vecinos».
Durante la jornada, a pesar de que se desarrolló en un tono festivo en el que no faltó la música con grupos como The Roadmen y Ciudadano 49, también hubo momentos para la emoción y el recuerdo de todos estos años de reivindicación. A la hora de echar la vista atrás fue inevitable acordarse de los primeros cortes de carretera, de las manifestaciones, los encierros en el ayuntamiento exigiendo una solución o de los nombres de quienes se dejaron la vida en el peligroso trazado de la Nacional.
Pero la conclusión a todo lo vivido en este trayecto «repleto de espinas», es que ha sido la «voluntad inquebrantable» de la ciudadanía la que ha conseguido que a partir de anoche ya no sea necesario pagar por circular por la antigua autopista. «Cada vez que una mano se cansaba, otra aparecía para levantar con más fuerza la pancarta. Cada uno recordará un momento de todos estos años, compartidlos y disfrutarlos, porque forman ya parte de la historia de nuestra ciudad».