El comité de Campofrío asegura que se ha recolocado al 52% del ERTE

J.M. / Burgos
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Alrededor de 400 de los 774 trabajadores afectados se han reubicado en otras plantas. Entre ellos están 162 de los 174 empleados que tenían un paro acumulado inferior a 2 años

El secretario del comité europeo de Campofrío, Pablo Dionisio Fraile manifestó ayer que los responsables de la multinacional les han trasladado que ya se ha conseguido recolocar al 52% de la plantilla afectado por el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en las distintas plantas de la cárnica. Es decir, unos 400 de los 774. Unas cifras a las que el presidente del comité de empresa de la planta de La Bureba, Hilario Sancho, añadió que se ha llamado a todos los empleados que han generado un paro inferior a dos años excepto a 12 (a los que se dirigirán en un futuro).

Así se lo trasladaron a los entre 300 y 400 trabajadores que se congregaron ayer en una reunión celebrada en la Casa de la Cultura de Gamonal y en la que se hizo patente el nerviosismo de los empleados y las diferencias existentes en el comité desde que los delegados de CCOO se trasladaran a Bruselas en un viaje en representación de Campofrío. Un gesto que fue malinterpretado por los otros sindicatos, quienes entendieron que se rompía con la unidad.

Desde el Comité de Empresa trataron de tranquilizar a los asistentes al recordar el compromiso de la empresa tras el incendio de levantar una nueva planta en el plazo de dos años. Fraile se dirigió a los asistentes para asegurarles que la multinacional «tiene dinero» para asumir este proyecto. Cifró en unos 300 millones lo que podría suponer la reconstrucción de la factoría y afirmó que la cárnica tiene reservado para este tipo de situaciones un montante de 1.500 millones. También aclaró que hay que contar lo que se pueda deber, pero aclaró que los fondos están garantizados.

El comité también informó de que este martes se ha firmado un acuerdo con la empresa en el que aparece recogido por escrito que siguen siendo ellos los representantes de los trabajadores. Independientemente de la planta en la que se los haya recolocado. Un asunto que preocupaba a algunos de los asistentes ya que las condiciones de trabajo no son las mismas que las que tenían en la factoría de la Bureba. Uno de los problemas viene dado porque los incentivos que reciben no son los mismos (cobran la media de lo que se ingresa allí donde se han vuelto a emplear) y porque las condiciones laborales no son las mismas que las que tenían en la fábrica calcinada (tenía un proceso mucho más automatizado que el que tienen en otros lugares a los que se les ha destinado).

Insistieron en que la compañía, como hizo desde el principio, garantiza todos los empleos.