Carlos Barbero tiene una fuerte contusión en el codo izquierdo

Ana Isabel Angulo / Burgos
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Las pruebas médicas realizadas en Burgos al ciclista del Caja Rural descartan rotura

Carlos Barbero sufre una fuerte contusión en el codo de su brazo izquierdo. Las pruebas médicas realizadas ayer en Burgos han descartado rotura y, en principio, la lesión reviste menos gravedad de lo inicialmente detectado. El corredor podrá volver antes de lo previsto a la competición.

«Cuando me caí sufrí las mismas sensaciones que el año pasado. Pensé que había rotura pero el TAC no lo ha detectado», explicaba esperanzado el profesional burgalés. El año pasado en la carrera francesa Etole de Bessèges se cayó y se produjo una fractura en la cabeza del radio y una fisura en otro hueso. Tuvo las mismas sensaciones negativas doce meses después, tras volver a irse al suelo en la segunda etapa.

A hacer rodillo

Ayer, tras ser inmovilizado por los servicios médicos galos, abandonó Francia y a media mañana llegó a Burgos, donde se le practicaron las pruebas médicas en el Hospital Universitario. El TAC descartó cualquier tipo de rotura pero persiste la fuerte contusión y la inflamación con derrame de líquidos. Habrá que esperar a que se reduzca la hinchazón para volver a realizar más pruebas y conocer con exactitud el alcance de la lesión. Tiene previsto acudir el lunes al médico.

De momento, Carlos Barbero sigue con el brazo inmovilizado y así estará unos días. Este tiempo no estará parado. «Haré rodillo en casa. No puedo pararme. He trabajado mucho en la pretemporada y no puedo tirarlo todo al traste. En casa haré kilómetros y seguiré preparándome», alega el ciclista profesional del Caja Rural, que en 2015 vivió una campaña espectacular y quiere prolongarla este año.

El lunes tiene previsto volver a acudir el médico para someterse a nuevas pruebas y confía en que se confirme el diagnóstico inicial. De este modo el tiempo de recuperación del burgalés será inferior al mes y más pronto volverá a la competición.

La lesión trastoca los planes del burgalés Carlos Barbero, al que le hubiera gustado no sufrir ninguna lesión. Sin embargo, mantiene su espíritu optimista y combativo y alega que «de nada vale lamentarse».