El atleta sudafricano Oscar Pistorius fue condenado ayer a cinco años de prisión por matar a su novia, Reeva Steemkamp, el 14 de febrero de 2013, en un fallo dictado por la jueza del Tribunal Supremo de Pretoria Thokozile Masipa.

La fiscalía exigía una pena mínima de 10 años, mientras que la defensa alegó que el arrepentimiento del deportista, de 27 años, debía ahorrarle la cárcel y permitirle cumplir condena en arresto domiciliario, algo que fue rechazado. «Una sentencia sin custodia enviaría un mensaje erróneo a la sociedad, pero una sentencia larga no sería apropiada», leyó la magistrada durante la vista.

Pistorius disparó cuatro veces a su novia a través de la puerta del baño de su casa de Pretoria la madrugada del 14 de febrero de 2013. La ley sudafricana prevé una pena máxima de 15 años para el delito de homicidio. Por ello, el acusado podría obtener la libertad condicional en 10 meses, cuando haya cumplido una sexta parte de la condena, aunque esta decisión corresponderá a las autoridades penitenciarias. Además, la jueza también condenó a Pistorius a una pena de tres años de cárcel, que quedó suspendida, por posesión de armas de fuego.

A la conclusión de la vista, la familia de Reeva Steenkamp manifestó su satisfacción por el fallo y aseguró que no lo recurrirá. «Se ha hecho justicia», afirmó su abogado, Du de Bruyn, en declaraciones a la prensa. Por su parte, June Steenkamp, la madre de la modelo, mostró también su satisfacción y destacó que Pistorius va «a pagar» su crimen con la cárcel.

Mientras tanto, el letrado del atleta, Barry Roux, declaró que confía en que su cliente solo tenga que pasar en prisión 10 meses del total, y que el resto de la pena permanezca en arresto domiciliario.

«Aceptamos la decisión de la juez. Oscar abrazará esta oportunidad de devolver a la sociedad los daños causados y nosotros estamos dispuestos a ayudarle y guiarle mientras cumple su condena», explicó Arnold Pistorius, tío y tutor legal del velocista.

La lectura de la condena pone fin a un juicio que se ha prolongado durante seis meses y que ha atraído la atención de millones de personas en todo el mundo. «La sentencia mínima con la que estará feliz la sociedad sería de 10 años de prisión», afirmó la semana pasada el fiscal del caso, Gerrie Nel.  «Este es un asunto muy serio. La negligencia raya la intencionalidad», consideró.

Aceptar la versión. El deportista, que tiene las dos piernas amputadas y se hizo mundialmente famoso al ser el primer discapacitado en competir en unos Juegos Olímpicos, mató a tiros a su novia, de 29 años, en su casa cerca de Pretoria en la madrugada del 14 de febrero de 2013. Su versión es que disparó a su pareja a través de la puerta cerrada del baño al confundirla con un ladrón.

La jueza Thokozile Masipa aceptó la versión del deportista, pero subrayó en la fundamentación del fallo que el acusado actuó con «enorme negligencia» al disparar porque tenía que haber sospechado que la persona que estaba tras la puerta del baño no tenía ninguna escapatoria.

También añadió que las personas con discapacidad pueden cumplir una condena en la cárcel y que sería malo para la Justicia sudafricana que surgiera la impresión de que los ricos y famosos son tratados mejor ante los tribunales que los pobres.