Síntomas a los que estar alerta

G.G.U. / Burgos
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Las víctimas dan muestra de su situación de forma consciente o inconsciente • Sacyl da claves para identificarlas a tiempo

De igual manera que los servicios sanitarios han evidenciado las deficiencias del sistema en la detección de la violencia de género, han propuesto soluciones. Hay estudios que advierten de que el 80% de las mujeres que son víctimas de la violencia machista están esperando que alguien les pregunte sobre el tema y la consulta de un profesional puede ser el lugar más adecuado para hacerlo. Y para ello, Sacyl recuerda a través de su protocolo y de la Guía de Práctica Clínica que hay multitud de detalles a los que prestar atención para poder formular la pregunta que pueda abrir la puerta al fin del maltrato.

En primer lugar, se considera que las alarmas tienen que encenderse cuando se repitan las consultas a Urgencias por supuestos accidentes fortuitos o cuando el relato acerca de las causas de una lesión sea contradictorio o poco coherente. Y, por supuesto, cuando haya lesiones que, directamente, sugieran la posibilidad de maltrato. Por ejemplo, las que indiquen una posición defensiva: fracturas en los antebrazos o hematomas en la región dorsal, habituales cuando la víctima trata de proteger la cara o el tórax. Las fracturas de huesos de la nariz, dientes y mandíbula, así como desgarro de lóbulo de la oreja o la rotura de tímpano, casi siempre resultado de un bofetón, también son sintomáticas del machismo.

Sin embargo, no son pocas las ocasiones en las que los profesionales advierten la situación de maltrato por signos que no son físicos. Por ejemplo, una actitud nerviosa en la que la mujer evita el contacto visual o descarta la exploración y también si parece inquieta o se sobresalta con un ruido inesperado. Todas ellas son actitudes típicas a las que hay que prestar atención y que, por norma habitual, van acompañadas de un estado emocional que Sacyl describe como de: tristeza, depresión, confusión, ansiedad extrema o incluso ideas suicidas y miedo a morir.

Y en caso de que la paciente aludiera a otros tipos de malestar como insomnio prolongado, cefaleas, abortos provocados o espontáneos o fatiga crónica, entre otros, también deberían tenerse en cuenta que puede ser resultado de la violencia ejercida.

Sin embargo, el maltrato no solo se puede detectar con la exploración o la actitud de la paciente durante la visita:también por la de quien la acompaña, y máxime si es el agresor. En estos casos, lo más frecuente es que sea él quien responda a las preguntas que se le hacen a la mujer y que intente banalizar algunos hecho o muestre desapego. En esos casos, el protocolo recomienda al facultativo buscar una excusa para hablar a solas con la paciente y, a ser posible, sacar el tema. Pero siempre sin juzgar ni criticar, recuerda Sacyl.