«Con el 'fracking', los problemas son mínimos y los beneficios enormes»

Benjamín López (SPC)
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Entrevista a Stephen D. Eule, vicepresidente del Instituto para la Energía del Siglo XXI

staff - Foto: Ian Wagreich

 
Stephen D. Eule es el vicepresidente del Instituto para la Energía del Siglo XXI de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y está de visita en España promocionando y defendiendo el fracking como forma de aprovechar los recursos naturales. Obviamente, no lo hace por amor al arte. Él mismo reconoce sin tapujos que hay muchas empresas americanas interesadas en entrar en el negocio del gas pizarra y, además, afirma que a los norteamericanos les interesa que Europa tenga mayor seguridad en el suministro energético, especialmente en el de esta fuente, tal y como se ha puesto de manifiesto con la crisis política en Ucrania. 
En España la palabra fracking no decía absolutamente nada hace unos años pero ya comienza a ser conocida por la población. Sin embargo, hay muchos rumores, temores y poca información fiable sobre esta práctica para extraer gas natural del subsuelo mediante la fractura hidráulica. ¿Que le diría usted a los españoles?
Les diría que el fracking se viene poninedo en práctica de forma completamente segura en los Estados Unidos desde 1940. Llevamos, por lo tanto, décadas manejando esta técnica, nunca hemos tenido ningún problema y, por el contrario, ha contribuido enormemente a la economía; nos ha hecho más competitivos y ha aumentado el empleo. Por ello, la considero muy beneficiosa.
El caso es que en el territorio nacional, insisto, no todo el mundo tiene esa percepción. Se habla de contaminación de acuíferos y de problemas medioambientales derivados del fracking.
Lo entiendo, pero creo que ha habido mucha propaganda en torno a la fractura hidráulica. Y tengo que insistir en que los hechos son muy claros y dicen que el fracking ha sido seguro durante décadas. Lo que ocurre es que, a veces, las pruebas no sirven para nada si tu interlocutor no quiere atenerse a ellas.
Entonces, los ecologistas y científicos que alertan de los riesgos, ¿no tienen razón?
Bueno, yo hablo desde mi experiencia. En mi país, los Estados han establecido regulaciones medioambientales muy exigentes para proteger el aire y las aguas subterráneas y han dado los pasos necesarios para que la población esté amparada y, a la vez, se puedan obtener sin problemas los beneficios de los recursos naturales de los que disponen. Por ello, creo que hay que buscar un equilibrio. De hecho, un buen ejemplo de ello se puede ver a través de la experiencia norteamericana, que evidencia cómo los problemas son mínimos y los beneficios enormes.
¿Qué beneficios económicos aporta esta técnica?
Le voy a dar unas grandes cifras al respecto. Tenemos un grupo consultor llamado IHS que hace análisis para nosotros y, según sus estudios más recientes, en 2012, en mi país había un total de 2,1 millones de puestos de trabajo relacionados con esta actividad, la renta media disponible por hogar había crecido en 1.200 dólares y los impuestos recaudados por el Gobierno federal y los estatales y locales ascendían a 75.000 millones más.
Y la población local de las zonas donde existen esos yacimientos, ¿se beneficia directamente también?
Sí, claro, porque ese aumento en la recaudación de impuestos les ha permitido, por ejemplo, contratar más profesores o comprar más camiones de bomberos. También en el sector privado se ve más actividad económica en la zona, se abren hoteles, restaurantes, tiendas... Se crea una cadena de valor derivada de la puesta en marcha de éste modelo.
¿Podría el fracking ayudar a España a tener mayor independencia energética?
España siempre va a ser dependiente energéticamente pero lo importante es que este gas puede contribuir decisivamente a un suministro más fiable y diversificado y con precios más bajos. En cualquier caso, nosotros no pensamos en términos de independencia energética sino en términos de seguridad en este campo, que son cosas muy distintas.
¿Y qué entinede usted por seguridad energética?
Pues, básicamente, implica comprar energía a un determinado país porque quieres, no porque no tengas otra opción.
Obama, en su reciente visita a Europa, pidió mayor autonomía energética. ¿Se refería a este tipo de aspectos?
Sí. A Estados Unidos le gustaría una Unión Europea más activa en los mercados internacionales, tanto en gas natural como en petróleo. Coincidimos con Obama en que la UE puede hacer más para explotar sus propios recursos. Y si vemos que estos están disponibles, y de este gas nos damos cuenta de que hay grandes cantidades en España, en Francia, en Reino Unido y algo en Alemania y el Mar del Norte, con más motivo. Hay suficientes recursos y la pregunta es si Europa tomará la decisión de sacarles partido.
Pero, ¿por qué Estados Unidos se preocupa tanto por los que haga el Viejo Continente al respecto?
Reconocemos que nos interesa una Europa fuerte económicamente porque eso redunda en nuestro propio beneficio. De esta forma, creo que el desarrollo del fracking y el gas pizarra en la UE puede ayudar mucho a la recuperación financiera de los Veintiocho. Es más, muchas de estas explotaciones se desarrollan en poblaciones pequeñas por lo que, incluso, estados que no producen este gas, obtienen también sus propias ventajas al poner en marcha esta técnica.