Asayeme está trabajando con 40 enfermos mentales para su inserción laboral

G.A.T. / Miranda
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El colectivo tiene en mente la consecución de un centro especial de empleo para dar una salida con más autonomía a estas personas

 
Una persona con enfermedad mental que sea consciente de ella, que tome la medicación y esté en un entorno estable no debería tener problema alguno para encontrar trabajo en comparación con otra sin esta patología. Pero los enfermos mentales, y más en esta voraz crisis económica y de empleo, lo tienen aún más difícil. Es uno de los problemas a los que se enfrentan en Asayeme, el colectivo mirandés que trabaja con enfermos mentales, y que hoy celebra con una gala el Día Mundial de esta enfermedad.
En la actualidad trabajan con 40 personas en itinerarios de empleo, y han logrado que 4 sean contratadas y que otras 20 hayan hecho prácticas en empresas locales. «Los contratos no son tan largos como nos gustaría, pero es ya un éxito», valora Sergio Bujo, del colectivo. No obstante, los esfuerzos de Asayeme, además de mantener los programas y servicios actuales vinculados al empleo, están en lograr a un medio plazo un centro especial de empleo en el que puedan trabajar los enfermos mentales mirandeses. «Hay mucha gente joven con enfermedad mental que necesita salidas; es complicado, pero el objetivo es crear una empresa que les dé trabajo», avanza Bujo.
Además de estos retos, el colectivo pelea por no bajar el nivel de atención que demandan los usuarios en el resto de servicios. Así, tienen un centro de día en el que se atiende a 50 personas, y además un centro ocupacional en el que participan una veintena de usuarios, al margen de otros que están en programas diversos ligados a la dependencia y a actividades de ocio y formación. 
Además tienen una vivienda supervisada en la que residen de forma autónoma cinco personas que han ido pasando por diversos programas, preparándose para una futura vida independiente. Allí tienen varias visitas diarias del personal del colectivo, donde se les enseña a vivir solos, a enfrentarse a los problemas cotidianos de un hogar y a ser conscientes de los retos de su enfermedad y la necesidad de seguir fielmente con la medicación prescrita.
La situación en lo económico es complicada, y aunque alguna pequeña actividad han tenido que dejar de hacer, «el grueso y los principales programas se siguen realizando, sin haber bajado la calidad asistencial a pesar de la bajada de los ingresos», relatan. Y es que en los últimos cuatro años han tenido dos con bajadas del 10% de los ingresos público, y otros dos en los que al menos se han mantenido. A ello se une el descenso, por no decir desaparición, de la colaboraciones de fundaciones, o entidades de ahorro.
De ahí que cualquier acción es válida para colaborar, «y actos como la gala nos sirven para mantener algunas iniciativas que no cuentan con financiación pública». Al escenario de la Casa de Cultura se subirán a las 20.30 horas los componentes de la Joven Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta y los actores del Taller de Teatro, ya que también se trata de dar visibilidad a estos enfermos y cómo es su integración en la sociedad a diferentes niveles. Las entradas pueden adquirirse en la Casa de Cultura a 4 euros, y el colectivo tiene abierta una Fila Cero.