Compran el edificio del 18 del Espolón y desalojan a Simeón

J.D. Maté
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La histórica tienda de ropa de mujer cierra tras 82 años en el mismo sitio. Su dueño ve «difícil» reubicarse en otro local

Compran el edificio del 18 del Espolón y echan a Simeón - Foto: Patricia González

El Paseo del Espolón se cobrará una nueva víctima próximamente. Al inminente cierre de Calzados Melgosa y de la Librería de viajes Sedano, que bajarán la persiana de forma definitiva antes de acabar el 2018, se unirán en las próximas semanas, o como mucho meses, los antiguos Almacenes Simeón, después de que los propietarios del número 18, el que hace esquina junto al Ayuntamiento, hayan decidido vender el edificio a una constructora local, que en 2019 prevé comenzar las obras para reformar el inmueble y construir vivienda nueva. «Nos han llegado dos requerimientos consecutivos para desalojar el local», cuenta Diego Cámara, actual dueño de Simeón, un comercio histórico que si nada lo remedia desaparecerá después de 82 años en Burgos.

Tras ambos avisos «casi seguidos» en las últimas fechas, Cámara colgó este lunes en el amplio escaparate de la tienda de ropa de mujer, quizás la más antigua de toda la ciudad, dos grandes carteles anunciando la ‘liquidación total por cierre’ y un ‘próximo traslado’ del histórico negocio. Esa era la idea inicial del propietario de la boutique, reubicarse en otro céntrico lugar de la capital burgalesa para continuar con la actividad y dar salida al género que aún cuelga en las perchas, pero la búsqueda está resultando «difícil», admite, y la mudanza está en el aire.

«Con ilusión empecé a mirar locales que reunieran las condiciones, pero los que están para reformar, la obra a realizar es grande, y por los que están reformados piden una barbaridad», explica Diego Cámara, que ante tales complicaciones negocia con la nueva propiedad una prórroga de varios meses para vender el stock de prendas antes de ‘echar’ la persiana. «Llevamos 82 años pagando religiosamente el alquiler y confío en que entren en razón y nos permitan liquidar, porque si no sería la ruina», expresa.

Los carteles apenas llevan tres días, pero el trasiego de «mujeres de cierta edad» (sobre todo de mayores de 50 años) es «constante». Muchas se fijan en las prendas del escaparate, otras entran, se prueban y algunas compran. «La respuesta está siendo buena, viene mucha gente, pero hay mucho género por vender», indica el propietario de la boutique, preocupado por «vernos en la calle de forma tan precipitada». La clientela habitual, asegura Cámara, «nos dice que es una lástima que cerremos y que dónde van a ir a comprar ahora».

"Toda la vida". Diego Cámara lleva 24 años en el negocio, del que está al frente desde 2011, tras la muerte de su padre, Julián. Él formó parte «toda la vida» de los antiguos Almacenes Simeón, inaugurados en Burgos en mayo de 1936, «antes de la Guerra». «Empezó llevando paquetes en bicicleta», cuenta su hijo, y cuando la empresa, que se había expandido por todo el territorio nacional desde principios del siglo XX, empezó a liquidar establecimientos, tomó las riendas del negocio junto a otros socios hasta quedarse en solitario hacia los años 90, con la ampliación del Ayuntamiento que redujo el espacio de Simeón.

De los 500 metros cuadrados, con sótano, bajo y primera planta y entrada por el Espolón y por la Plaza Mayor, el antiguo establecimiento, que llegó a tener una treintena de trabajadores, quedó reducido a las dimensiones actuales. Hoy, Cámara y una dependienta atienden a las clientas, muchas de las cuales se acercan atraídas por los «impresionantes» descuentos, no solo en abrigos, también en ropa de verano porque, augura el dueño, «no vamos a tener tiempo de llegar a primavera».