Vicente Mateos Otero falleció ayer a los 75 años y con él desapareció una figura señalada del Burgos de los años 80 y 90. Médico cirujano y traumatólogo de profesión, tuvo a su cargo la enfermería de la plaza de toros y desarrolló en paralelo una carrera política que le llevó a ser senador y presidente provincial de la vieja Alianza Popular.

Hijo de Vicente Mateos López (que presidió el Colegio de Médicos además de ser uno de los fundadores del Banco de Burgos en los años 60) y Áurea Otero, contaba con el reconocimiento de la encomienda de la Orden Civil de Sanidad, era viudo de María Concepción Urraca Moliner y tenía dos hijos, Vicente y Álvaro.

Dentro de su carrera política fue elegido senador por primera vez en 1982 presentándose por Alianza Popular-Partido Demócrata Popular. Eran los tiempos en los que el germen del futuro PP estaba revuelto, enfrascado en distintos cambios de nombres y corrientes internas y en aquella etapa Mateos presidió durante varios años Alianza Popular.

En las siguientes elecciones generales, en 1986, concurrió bajo el nombre de la Coalición Popular. Resultó elegido y estuvo en el cargo hasta 1989 aunque la retirada de la lista popular en las elecciones municipales de 1987 en beneficio de José María Peña le llevó a salir de la presidencia de un partido que posteriormente acabó en 1989 en manos de una gestora liderada por Juan Carlos Aparicio.

Concejal frustrado

Dos años más tarde, en los comicios de 1991, no aceptó el pacto entre los populares y Solución Independiente por el que Peña encabezó la lista del PP. Entonces decidió presentarse junto a José María Arribas por Alianza Popular Burgalesa (APB), denunciando el «abandono» al que las dos grandes formaciones estatales habían sometido a la ciudad. Se quedó a 260 votos del 5% imprescindible para entrar en la Corporación.

El exalcalde Juan Carlos Aparicio, que vivió junto a él la convulsa época del paso de AP al PP y con quien mantuvo diferencias políticas, lamentaba ayer «la pérdida de una persona que siempre contó con mi afecto personal» y a quien reconoció haber contribuido a «consolidar» el primigenio proyecto de Alianza Popular.

Hace solo dos semanas Tino Barriuso le dedicaba la última página de la edición del domingo de este periódico. Le describía como «Un castellano leal» y le calificaba de «personaje entrañable, cuyos defectos y virtudes contribuyen por igual a la elaboración de un gran tipo», al tiempo que destacaba sus cualidades de «conversador espléndido» y «amigo de ley».