Educación rebaja de 15 a diez el número mínimo de alumnos para impartir optativas en Bachillerato

Pablo Álvarez
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Los centros podrán dar la alternativa a los estudiantes de repartir las asignaturas en tres años en lugar de sacarlo en dos, para conseguir mejores notas para acceder a la carrera que desean

La reforma educativa impulsada por el ministro Ignacio Wert apuesta por la superespecialización en Bachillerato para que cada alumno configure su curriculum de acuerdo a sus previsiones de estudios posteriores. Este espíritu de la ley se encuentra con el problema de llevar la variada oferta de asignaturas (troncales de modalidad, de opción y específicas) a todos los institutos de la Comunidad, muchos de ellos con poco alumnado. Esto ha obligado a la Consejería de Educación a reducir el ratio de estudiantes interesados en una optativa para ofertarla, de 15, que son necesarios en la actualidad, a diez. 
Así lo confirmó el director general de Política Educativa Escolar de la Junta, Fernando Sánchez-Pascuala, quien indicó que esta cifra «flexible» es uno de los asuntos objeto de negociación con los representantes del profesorado y que analizarán en el Consejo Escolar antes de la aprobación de la normativa que adapta la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce) en Castilla y León. Las órdenes de implantación de la Lomce en ESO y Bachillerato estarán publicadas el 8 de mayo en el Bocyl.
Otra de las novedades que se introducen con la reforma es la posibilidad de que los alumnos de Bachillerato elijan entre sacarlo en dos o tres años. Así, los estudiantes que lleguen a Primero podrán decidir si se matriculan del curso completo o sólo de un determinado número de asignaturas para centrarse en ellas y aprobarlas con mejor nota académica. Más o menos como en la universidad con los créditos.
Esta opción no será generalizada y dependerá de cada uno de los centros dentro de la capacidad de especialización curricular que establece nueva, según explicó Sánchez-Pascuala. «La Lomce no permite a las autonomías extender esta posibilidad a todos los centros y tienen que ser estos los que lo ofrezcan; aunque tengo el convencimiento de al final todos se sumarán», aseguró Sánchez-Pascuala. 
Pero la posibilidad de fraccionar el bachillerato en tres cursos en lugar de dos sólo estará al alcance de los alumnos que aprueben todas. Las notas de bachillerato tendrán más peso a la hora de elegir la carrera universitaria y «se trata de dar la oportunidad a los alumnos que se esfuercen para conseguir mejores resultados, no de rebajar la exigencia», apunta el director general, quien recalca que en el caso de suspensos, tendrán que volver al modelo de dos años.
En un análisis de los resultados académicos, conscientes de que hay muchos alumnos, entre un 20 y un 25 por ciento, que con el modelo de dos años tardan tres o cuatro en sacar Bachillerato, por los suspensos. Incluso muchos tiran la toalla por esta cuestión, por lo que la Junta pretende que el nuevo sistema también ayude a reducir el abandono, aunque en Castilla y León es de los menores de España en esta etapa.
En la configuración del curriculum de Bachillerato, Castilla y León no ha hecho uso de las asignaturas de libre designación por parte de las comunidades autónomas, al entender que la oferta de materias optativas es suficientemente amplia y sólo mantiene la posibilidad de incluir el estudio de la lengua gallega, que se ofrece en determinados territorios. 
Dentro de los criterios para la implantación de la Lomce en Bachillerato, la Junta pretende que esta etapa educativa esté orientada más a una preparación real de los alumnos ante su llegada a la universidad «más que ser un quinto y sexto de secundaria», de ahí la idea de incorporar profesores universitarios a las clases.