La inquietud vasca

H.J. / Burgos
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Conscientes de que su 'Y' se queda coja sin la conexión con Madrid, parlamentarios y gobierno de Euskadi han reclamado en varias ocasiones un verdadero compromiso para la unión con Burgos

La semana pasada una reunión «discreta» entre el lehendakari Íñigo Urkullu y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acabó sin avances significativos en ninguno de los grandes asuntos pendientes entre Euskadi y el resto de España. Y tampoco en la línea de alta velocidad, en la que los vascos tienen depositadas grandes esperanzas por las posibilidades de comunicación que les abre. La utilidad de su ‘Y’ se quedará coja si no conecta con Madrid a través de la meseta, y por eso tanto parlamentarios como Gobierno de Euskadi han mostrado incluso más inquietud que las autoridades burgalesas o castellano y leonesas.
 
Pero a mitad de semana, y para sorpresa del Gobierno vasco, se supo que el Consejo de Ministros  adjudicaría uno de los sectores claves del nudo de Bergara, la intersección desde la que la ‘Y’ se separa hacia sus ramales guipuzcoano y vizcaíno. Este tramo, de menos de 3 kilómetros de longitud, se llevará 133 millones de euros, lo que da una idea de la inversión total que exige el conjunto. El anuncio de la adjudicación fue acompañado además de la salida a concurso de otro pequeño sector, de longitud similar y aún más caro.
 
Se trata de una buena noticia para una infraestructura muy atascada, pero el viceconsejero de Transportes del Gobierno vasco, Antonio Aiz, se apresuró a decir que su gabinete echa en falta por parte del Gobierno una planificación integral de los tramos pendientes y no una actuación «a impulsos» sin aparente coordinación.
 
La diputada del PNV por Vizcaya Isabel Sánchez Robles, que ha preguntado en varias ocasiones al Ejecutivo central por la marcha de los proyectos de todo el eje Valladolid-Burgos-Vitoria-Y Vasca, lamenta en declaraciones a DB que las respuestas del Gobierno son poco menos que «puro entretenimiento» para no concretar nada.
 
A juicio de la también portavoz del grupo parlamentario vasco en la Comisión de Fomento, «este tema da la impresión de estar amortizado para el PP en esta legislatura, porque para ellos el corredor hacia el País Vasco no es una prioridad, por mucho que digan en sus discursos». La marcha de la Y, con un enorme coste y tramos con varios años de ejecución que todavía no han arrancado, es una incógnita. Solo hay una fecha de referencia para el ramal guipuzcoano (se habla de 2018) pero incluso en él, el más avanzado, solo están terminados cinco tramos de un total de 17.  
 
En cualquier caso, su demora no impediría que fuera avanzando el tramo burgalés si hubiera un verdadero interés político.... y disponibilidad presupuestaria.
 
El próximo año tendrá un marcado carácter electoral, con la cita de las municipales y autonómicas en mayo y la de las generales entre finales de año y principios del siguiente. Las caravanas de políticos que para entonces se esperan de gira en el territorio burgalés tendrán que responder a muchas preguntas sobre el presente y el futuro del AVE. Quizás entonces confiesen que las obras procedentes de Valladolid no pueden estar listas para 2015, aunque Fomento se ha empeñado en numerosas ocasiones en esa fecha. Y deberán decir asimismo qué piensan hacer con la continuación hacia el norte. En ese momento los proyectos de construcción de la línea de alta velocidad Burgos-Vitoria, una ‘isla’ de 100 kilómetros sin obras en medio del gran eje de alta velocidad Madrid-Francia, habrán cumplido seis años desde que comenzaron. Más de lo que supuestamente tardará su construcción el día que las instancias políticas se decidan a dar luz verde.