No habrá paz para los impagos. El Ayuntamiento de Burgos aún no había dicho su última palabra en el conflicto que tiene abierto, buena parte de él en vía judicial, con el hostelero que explota el café Espolón. Café que, como es sabido, es de propiedad municipal a pesar de que la ciudad no recibió ni un euro por el alquiler durante años.
El Ayuntamiento tuvo conocimiento de este «fallo multiorgánico» (el informe encargado ad hoc así ventiló el por qué) en 2008 y el equipo de Gobierno asegura que desde entonces se siguieron todos los trámites necesarios para lograr cobrar la deuda, pero asumiendo que buena parte de ella estaba prescrita (a los cinco años) habida cuenta que la explotación del local se adjudicó en el año 2001. No se cobró y el nuevo Ejecutivo local, con Javier Lacalle en la Alcaldía y Salvador de Foronda en Hacienda, llevó el caso a los tribunales tras varios intentos frustrados de alcanzar un acuerdo con el hostelero en cuestión.
A comienzos de este año la Justicia reconoció el derecho del Ayuntamiento a cobrar más de 200.000 euros (la deuda total desde 2001 ascendería a casi el triple), pero el adjudicatario recurrió la sentencia. Para eso tuvo que pagar el dinero reconocido en sentencia y ponerse al día de las mensualidades venideras. El Ayuntamiento, por su parte, también recurrió al considerar que se le adeuda más dinero a la ciudad.
Eso ha supuesto un impasse judicial que ha propiciado que el desalojo del local previsto para enero se detuviera. Es más, el empresario ha solicitado al Ayuntamiento permiso para instalar la terraza de verano que el año pasado fue obligado a levantar puesto que tampoco pagaba por ella.
Ante esa petición, el Ayuntamiento no puede negar el permiso salvo que el solicitante no esté al corriente de sus pagos con la administración local. Pues bien, sea causalidad o no, este periódico sabe que con fecha 13 de abril salió del Registro municipal una comunicación para exigir al adjudicatario el pago de 44.647 euros.
El recibo de la luz
La reclamación está vinculada la pago de la energía eléctrica consumida durante los últimos cinco años (los anteriores, de nuevo, han prescrito) dado que el local no tiene un contador individualizado, sino que se suministra del mismo transformador que el Teatro Principal y, por tanto, todo el consumo lo ha pagado el Ayuntamiento, incluyendo el de la cafetería.
La sección de Hacienda y Contratación ha valorado ese consumo en la citada cifra, que se ha obtenido considerando el factor de potencia y la apertura del local durante 9 horas al día y 25 días al mes, menos de lo que en realidad está operativo el local. Aplicando la tarifa oportuna, se obtiene un coste mensual de 744 euros, anual de 8.928 y de 44.657 euros en el lustro que va de abril de 2007 a abril de 2012. Si no se abona la cantidad, podría argumentarse impago y denegar la licencia para instalar la terraza. O no. Eso está por ver.