"Un Estado que no valora la cultura es un país zombi"

SPC
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Nacho Duato, bailarín y exdirector de la Compañía Nacional de Danza, regresa a España con la intención de crear su propia fundación

Tras cuatro años al frente del Ballet Estatal de Berlín, el prestigioso coreógrafo español Nacho Duato está a punto de cerrar su etapa en la capital alemana con una sensación agridulce. Aunque cuenta con el calor del público se ha sentido maltratado por la crítica y los políticos.

El 5 de julio, al día siguiente de su último espectáculo en Berlín, Duato tomará un avión de regreso a España, país del salió enfadado hace ocho años, pero del que siente nostalgia y en el que desea montar ahora una fundación propia.

¿Qué balance hace de su etapa en Berlín?, ¿se arrepiente de algo?

No, no me arrepiento de lo que he hecho y tampoco de haber firmado estos años. Tendría que haberme quedado hasta el 2019, pero al haber anunciado mi salida tres años antes, creo que es algo muy deshonesto por parte de la Fundación. 

¿Por qué cree que anunciaron su salida con tanta antelación? 

Porque a los políticos les importa tres pepinos la cultura y mucho menos el ballet. Por encima va la música, el teatro y la ópera. A los del ballet nos consideran un poco como la cenicienta de las artes. 

Lo podían haber anunciado un año antes pero claro, las elecciones venían a los dos meses y les salió el tiro por la culata porque anunciaron a Sasha Waltz creyendo que los bailarines y el público iban a estar tan contentos y fue todo lo contrario. 

¿Cuáles son sus planes ahora?

Después de tanto tiempo ya no quiero trabajar más ni para instituciones públicas, ni para Gobiernos. Lo que quiero hacer es montar una fundación. Todo con dinero privado, sin depender del dinero público. 

¿Dónde desea montar la fundación?

En Madrid. Ahora me decían también si no querría trabajar en algún ministerio si me lo pidiesen. Yo no quiero dedicarme a la política, porque no quiero perder mi honestidad. 

Pero, ¿qué cambiaría si fuera ministro de Cultura?

Lo primero que haría sería bajar el IVA. Lo segundo sería subir el sueldo a los bailarines y darles un teatro, porque no hay derecho que España sea el único país de la Unión Europea que no tiene un teatro con una compañía estable. Y luego haría más caso a los artistas, porque creo que España es muy esquiva con ellos y no se da cuenta del peso cultural que tienen. Un país que no valora a sus artistas,  que no fomenta su cultura es un zombi. Y a España, en estos últimos años, la veo un poco zombi. 

¿Echa de menos Madrid?

Echo de menos mi casa, Madrid, mis amigos, estar más cerca de mi familia. He llegado tarde a todos los entierros, no he ido a bodas, incluso hay sobrinos que ni conozco todavía. Cuando eres joven te da igual, pero ahora mismo no. El año pasado se murieron mis padres y mi hermano y llegué tarde. 

Fue director de la Compañía Nacional de Danza durante dos décadas. Tras su polémico cese en 2010, volvió a Madrid ¿cómo fue esa vuelta? 

Muy bien. Ahora me ponen alfombra roja y están todos encantados. Ya me ven como un señor mayor que está acabando la carrera de modo que me tienen más respeto. Para mí fue muy entrañable volver a casa. 

En el pasado dijo que se fue enfadado de España, ¿ya se le ha pasado el cabreo? 

Sí, sigo enfadado. Uno no puede olvidar nunca la ignorancia con la que actuaron a la hora de presentarme la dimisión, sobre todo cuando viene de un Ministerio de Cultura. En mi contrato ponía que una vez que acabase de ser director mis ballets automáticamente se dejaban de representar, porque me pertenecen. 

¿Y qué opina sobre la fusión de La Zarzuela y el Teatro Real?

Es una pena. Creo que deberían dejarlo tal cual. Al Teatro Real la danza no le importa. En Madrid se hacen 

11 espectáculos al mes frente a los 25 que se hacen en Berlín. Los demás días el teatro está cerrado.