Nadie se hace quiosquero

Á.M. / Burgos
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El Ayuntamiento se queda sin licitador para cinco de los seis templetes disponibles

 
Como las cabinas telefónicas o los buzones públicos, los quioscos tienden a convertirse en un exotismo urbano. Los cambios de modas y costumbres que, por ejemplo y por lo que afecta a este caso, han reducido drásticamente la venta de periódicos en su edición de papel, además de la competencia generada en un sector liberalizado que permite que uno, también por ejemplo y también por lo que afecta a este caso, compre el pan y la prensa en el mismo despacho, están provocando que los míticos establecimientos que otrora fueran inexcusables en cualquier vía medianamente relevante de la ciudad, hoy estén en peligro de extinción.
La prueba más evidente se realiza con un simple paseo por las calles de Burgos. Es fácil comprobar así que donde hubo ya no hay y, a veces, donde hay están cerrados a cal y canto. Por si la mera percepción no fuera suficiente, el último concurso convocado por el Ayuntamiento de Burgos para colonizar los seis quioscos de los que dispone ha resultado un fracaso.
Los seis puestos que salieron a licitación el pasado mes de junio, y para los que se pedía un canon mínimo de 100 euros mensuales (era el mínimo a partir del que podían pujar los interesados y el precio era el criterio único de adjudicación) están en calle Calzadas, Arzobispo de Castro, San Bruno, Vitoria, 191, San Agustín y Progreso.
Según se informó ayer en la comisión de Hacienda, únicamente uno ha encontrado quien lo quiera. O, para ser exactos, solo hubo una oferta a todos ellos, ya que se trataba de realizar una oferta económica (con los 100 euros como suelo) y establecer una relación de preferencia. La única persona que pujó por ellos solicitó el de avenida del Progreso en primer término, ofreciendo 300 euros al mes por su explotación. La misma cantidad, pero en segundo lugar, estaba dispuesto a pagar por el de Calzadas. Le seguía Vitoria, 191 con 150 euros al mes, cerrando el orden de preferencia Arzobispo de Castro, San Agustín y San Bruno por 120 euros. Se quedará con el primero de ellos.