Carlos Romero toma hoy el testigo de 'Lito' respaldado por el 81% de los delegados

G. Arce / Burgos
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El sindicalista cántabro, hasta ahora secretario de Política Sindical y Sectorial, reduce su ejecutiva de 15 a 11 miembros ante la difícil situación económica del país y de la organización

Carlos Romero. - Foto: Patricia González

Carlos Romero González será proclamado hoy secretario general de la Federación del Metal, Construcción y Afines MCA-UGTcon el respaldo del 81,47% de los votos de los 401 delegados habilitados ayer para acudir a urna. Candidato de consenso avalado por su antecesor, Manuel Fernández ‘Lito’, dirigirá una ejecutiva formada por 11 miembros, 4 menos que hasta ahora, un gesto que responde a las dificultades económicas que atraviesa el país y también la propia organización sindical, que ha visto reducida su afiliación un 8,5% en los últimos cuatro años hasta alcanzar en la actualidad los 189.000 integrantes.

Romero, vinculado los últimos 19 años al equipo directivo saliente (la última década como responsable de Política Sindical y Sectorial), llegó a Burgos como candidato único aunque, en principio, hubo intención de presentar dos candidaturas más, procesos paralizados por la mediación del ‘Lito’, quien buscaba lanzar en el Fórum hoy un mensaje de máximo consenso en su despedida del cargo y en el apoyo a su sucesor.

El nuevo secretario general es cántabro de Reinosa y trabajador de la empresa Cenemesa (ABB) de desde 1968. Ingresó en UGT en 1977 y fue miembro del comité de empresa desde 1980 hasta 1986. En 1992 fue elegido secretario general de UGT-Metal en Cantabria, cargo desde el que accedió a la ejecutiva de MCA.

Ayer, antes de su toma de posesión, ya dejó claro que su principal tarea será la de «ayudar a combatir el desempleo», máxime cuando la federación cuenta con dos sectores, el metal y la construcción, que han perdido 1.942.000 empleos en la crisis.

«Las circunstancias nos obligan a ajustarnos a los ingresos procedentes de las cuotas que son los que nos permitirán mantener la federación», indicó Romero. Por este motivo, su ejecutiva la conformarán 11 miembros, cuatro menos que la que acompañaba hasta ayer a ‘Lito’. No obstante, todos repiten salvo Jesús Ordóñez y Mariano Cerezo Puig. «Estaremos obligados a hacer más trabajo con menos recursos y menos compañeros, y pensando que los sacrificios que nos piden a los trabajadores nosotros también estamos dispuestos a hacerlos», declaró.

Autonomía. De cara a la consecución de la plena autonomía económica de la Federación, que aglutina a más de 31.000 delegados sindicales, Romero recalcó que este horizonte se encuentra en el año 2014 porque «no podemos seguir planteando un funcionamiento que no tenga unas cuentas equilibradas». «No podemos permitirnos ni estar viviendo del crédito de recursos que no tenemos», apostilló.

Con todo, uno de los retos del Romero es que los presupuestos de 2014 tengan un equilibrio y los ingresos de las cuotas se ajusten a los gastos. Para ello, ve necesario captar más afiliados, principamente en el ámbito de las pymes, por lo que ya adelanta que potenciará la figura de los agentes sindiales, que salen en busca del trabajador, en detrimento del sindicalista de despacho.

Programa. El empleo de calidad y potenciar la negociación colectiva en un marco de diálogo socia serán los principales planteamientos del programa de acción de MCA-UGT para los próximos cuatro años y en el que se ve como esencial «derogar» la actual reforma laboral.

 

«Un sindicalista nunca se jubila»

‘Lito’ seguirá dando «guerra» tras ser proclamado unánimente hoy como el primer presidente de MCA-UGT

«Estoy cansado de llevar la mochila, que ya me pesa». A sus 66 años, sin «chochear» y sin que nadie le sugiera que se vaya, José Manuel Fernández ‘Lito’ pone punto y aparte a 37 años de una trayectoria sindical fundamental en la lucha obrera de la España contemporánea. Hoy, a petición de los participantes en el 26 Congreso, asumirá la Presidencia de la Federación del Metal, Construcción y Afines MCA-UGT, un cargo de nueva creación que le permitirá seguir en activo -pero no en primera fila- y dirigir la Fundación Anastasio de Gracia-Fitel, responsabilidad que le cederá su sucesor en la Secretaría General, Carlos Romero.  

Asturiano de Mieres, casado con Deli y padre de 3 hijos (dos de ellos participantes activos en el Congreso de Burgos), la relación de ‘Fito’ con la UGT se remonta a los tiempos de Franco, «cuando todos ansiábamos la libertad», aunque no fue hasta 1976 cuando dio el paso y se afilió. Trabajaba entonces como administrativo de logística en Uninsa, en Gijón, hoy Arcelor Mittal.

Su afán de recomponer la sección sindical en una fábrica de más de 27.000 trabajadores, le abrió las puertas a una carrera sindical meteórica que le ha permitido conocer todos los estamentos de la UGT, desde el comité de empresa hasta las máximas responsabilidades, desde Asturias hasta Madrid.

Optó en dos ocasiones a la secretaría general, en 1995 y 1995,  pero su compañero Cándido Méndez le ganó en ambas, la segunda por tan solo 3 votos. Más que historia, la rivalidad con el andaluz es histórica y todavía se deja sentir cuando se cruzan.

Socialista convencido, ‘Lito’ ha sonado como ministro de Industria en los sucesivos gobiernos del PSOE. Le han ofrecido muchos cargos políticos pero siempre se ha sentido a gusto en el sindicato, como liberado de su empresa, que le abonó cada mes el sueldo hasta que se jubiló hace ahora dos años.

Su tesón, tozudez y unas extraordinarias dotes de negociador han dejado impronta en las grandes reconversiones industriales (naval, siderúrgica asturiana y vasca, automoción...); en las huelgas generales, en los acuerdos para modernizar las relaciones laborales, en la ley de la subcontratación en la construcción...

Le gusta darle al puro y a las pipas, que colecciona. Es un incondicional del ‘Raúl’ Madrid y un gran aficionado a las maquetas. La próxima semana, en su Asturias natal, visitará su huerta. Ha dejado la «mochila» sindical, los 150.000 kilómetros que se metía al año entre pecho y espalda. Hoy será un afiliado más, aunque nunca pasará desapercibido.