Decenas de industrias de Villalonquéjar, 'fusiladas' por la tormenta de pedrisco

Á.M. /Burgos
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Más de medio centenar de industrias sufrieron daños en las cubiertas, vehículos, placas solares, equipos informáticos, falsos techos y mercancías. El hielo atravesó los tejados

Interior de una de las naves de Bupre en la que se aprecian los impactos del hielo en la cubierta. - Foto: Patricia González

«Voy a alquilar esta nave para usarla de planetario». Lo que ocurrió en la tarde noche del miércoles en Villalonquéjar no tiene ninguna gracia, pero hay empresarios que han optado por tomárselo con humor porque el roto es importante. La tormenta eléctrica que descargó con los estertores de la luz del sol se transformó en otra de pedrisco que fusiló, literalmente, el polígono industrial más extenso de la ciudad, aunque hubo suerte dispar.

Tan dispar que hay grupos empresariales con naves separadas por un simple vial y que vieron cómo el granizo reventaba la cubierta de una de ellas y en otra casi ni se enteraron de lo sucedido. Es el caso de Plásticos Industriales Bocanegra. Allí la peor parte se la han llevado las placas solares (arruinadas como se aprecia en la imagen) y el resto de la cubierta, que se transformó en un coladero y, a través de los conductos del aire, en una auténtica ducha.

Una vez dentro, el agua helada afectó a los equipos informáticos, anegó parcialmente las oficinas y dañó parte de la carga ya preparada para ser enviada a los clientes. Y fuera, más de lo mismo: los coches de los empleados parecían haber sido tiroteados. Esta última imagen se repitió en decenas de fábricas y no es baladí. Un empresario del polígono se lamentaba por «los empleados que no tengan todo riesgo» porque los daños en vehículos son muy llamativos.

A cierta distancia de Bocanegra se encuentra la central de Villaverde Mobiliario. Allí nos muestran una nave completamente agujereada, varios coches y furgonetas con los cristales reventados y la chapa de los techos hollada por las piedras de hielo, colchones y género echado a perder después de haber ‘navegado’ en los almacenes... Y eso que se trata de una de las naves más modernas del polígono.

Entre una industria y otra está Bupre, empresa dedicada a la producción de prefabricados de hormigón. Son dos naves: una tiene doble techo y la otra no. Es en la segunda en la que el agua cayó a chorro por decenas de agujeros, aunque en la primera también hay daños importantes. Tuvieron que achicar agua para poder trabajar y la mercancía que estaba embalada también sufrió daños. «Y menos mal que no estábamos trabajando porque hay máquinas con circuitos eléctricos, láser...», se alivia Inmaculada Apellaniz, propietaria de la firma.

En Aspanias, más de lo mismo. Las cubiertas de policarbonato de su vivero son un colador y ayer trabajaron intensivamente para arreglar las roturas de las mesas en las que cultivan. «No nos podemos permitir perder ni un día de riego, pero hay daños que no podemos reparar», lamentan. Y así en decenas de instalaciones. Techos técnicos hundidos, vehículos, lucernarios, canalones, equipos informáticos... Casi todo ha quedado, en mayor o menor medida, afectado.

Alrededor de 60 industrias se habían puesto en contacto ayer con las empresas de cubiertas (la del propio polígono, Cubiertas Ruiz, había atendido 30 llamadas a las cinco de la tarde) de la ciudad y decenas de empresarios trataban de agilizar la visita del perito de sus seguros con distinta suerte. «Yo no he conseguido ni hablar con ellos», explica Jorge Villaverde, propietario de la industria de mobiliario ya mencionada.

recuento. Así que la actividad en la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar (AEPV)se centró en coordinar esfuerzos para paliar los daños de la forma más rápida posible. Hay multitud de industrias que trabajan 24 horas al día y miran al cielo con recelo; una simple tormenta se convertiría ahora en un problema serio porque sus techos son auténticos coladeros.

La patronal recibió llamadas el mismo miércoles por la noche para localizar naves sin uso en las que se pudieran almacenar los cientos de vehículos dañados porque con muchos no se podía circular por tener reventadas las lunas. El presidente de la AEPV, Jesús Echevarrieta, explica que se pondrá en contacto con el Ayuntamiento para «que las licencias que sea necesario pedir para acometer las obras de reparación tengan prioridad» y, paralelamente, solicitará a FAE «un encuentro con la patronal de los seguros para que hagan lo propio». Mientras, y por si acaso, una marea de operarios se afanaba por suturar las heridas de hielo que deja una tormenta «que no habíamos visto jamás».