Un pasajero de 36 años murió ayer y otros 49 resultaron heridos, ninguno de gravedad, al descarrilar un tren de Cercanías, que cubría la ruta entre Tarrasa y Manresa por un desprendimiento de un talud en Vacarisses (Barcelona), en una zona afectada por las lluvias que había sido revisada el pasado lunes por técnicos de Adif, que no vieron ninguna anomalía en la vía.

El accidente ocurrió a las 06,15 horas de la mañana, cuando una gran cantidad de arena y piedras cayó sobre la línea férrea después de romper la malla de contención que protegía el talud. Según las primeras investigaciones, el tren, en el que viajaban 133 personas, no pudo evitar el choque, lo que provocó que cuatro de los seis vagones descarrilasen. 

Un pasajero relató que fueron los propios viajeros quienes abrieron las puertas de los convoys para salir de ellos tras el accidente. De hecho, según explicó otro de los afectados, después del descarrilamiento pasó «bastante rato» hasta que llegaron los Servicios de Emergencias, que fueron avisados directamente por los propios ocupantes del tren. 

Precisamente, fueron los sanitarios los que encontraron el cuerpo sin vida de la única víctima mortal, que se hallaba en el exterior de uno de los vagones. Al parecer, el hombre, de 36 años y de origen uruguayo, aunque con nacionalidad española, salió despedido del convoy debido a la fuerza del impacto.